ABRIENDO PASO POR EL CAMINO DE LA COBA ENTRE EL COLLADO Y BIELVA. 11.07.23

FOTOS 

RUTA


Nos hemos metido a cruzar por este sitio, en los montes por detrás de Bielva, tratando de cruzar entre el Barrio de El Collado, perteneciente a Camijanes, y el pueblo de Bielva.

La verdad es que había que echar la mañana y hacer solo un pequeño tramo de la senda del Nansa nos parecía poco y había que investigar. He cogido algunas rutas de wikiloc y a ver qué pasa.

Hemos salido de la central hidroeléctrica de Camijanes, en donde acaba la primera fase de la senda del Nansa. Es buen lugar ya que hay banco y mesa para comer y fuente de agua potable para refrescarse y reponer.

Cascada en un afluente que descarga en el
 Nansa en las proximidades de la central de Camijanes



Comenzamos por un camino que nos vuelve a cercar a la orilla del río y, enseguida, comienza a ascender por la ladera. En algún  momento se ve el rio, pero mayormente vas metido, pisando roca, en medio del bosque. Hasta que sales a un prado.

Siguiendo el línea recta y llegas a un punto alto y bajas por el mismo sendero hacia la carretera de Camijanes a Cabanzón. Pero este no es nuestro camino.

Nosotros, en ese punto alto hemos seguido subiendo (hay una señal de madera con una flecha que señala hacia arriba) en dirección a la carretera. Hemos llegado a la misma después de cruzar un bosque de escajos, espinos  y no sé qué más cosas. Pero hemos llegado enteros y con algún arañazo en los brazos y las piernas (fuimos en pantalón corto, pobres de nosotros)

Antes de ascender a la carretera, al llegar al prado, después de pasar un cierre de finca con portilla, se adivina a la izquierda un sendero que seguramente nos llevará a la carretera con menos esfuerzo. Te aconsejo buscarlo e intentarlo por ahí.

Bueno, una vez cruzado el tramo difícil y desde la carretera, comenzamos a caminar por un camino primero asfaltado hasta las casas y luego en piedra y hormigón, hasta que se llega a difuminar. El cambio da acceso a fincas y nos aproxima a las plantaciones de eucaliptos. Aquí comienza la segunda aventura del día: buscar y encontrar en camino de La Coba que nos ha de llevar a Bielva.

En el terreno se aprecia que allí hubo pistas para sacar madera o para aproximarse a las torres de alta tensión durante la construcción. Más o menos se puede seguir por un lugar, que debió ser una pista abierta con medios mecánicos (máquinas), con mucha hierba, escajos, helechos, zarzas, de todo, pero pasable. Supongo que con el tiempo y la ausencia de paso se cierre el camino, pero nosotros logramos introducirnos en el bosque y llegar a las líneas de alta tensión.

Camino semi-abandonado

En una cimentación tuvimos que darnos la vuelta. Solo llegaba hasta allí. Pero nos encontramos, al volver,  en ese lugar con el Camino de la Coba, cuyo primer tramo para nosotros descendía vertiginosamente. Sin peligro, pero con mucha fuerza. Y llegamos a lo que fue una gran casa con varias alturas, de mampostería y tejas de muslo. Y el camino por el borde. Pensamos que vamos por buena ruta.

Llegamos a más casas, no se aprecia ningún prado, pero algo debió haber en esa zona para construir casas tan grandes. Cruzamos un arroyo, y por un camino que se está tapando por un vertedero de escombros de obra salimos a Bielva. Hemos conseguido pasar después de arañarnos brazos y piernas y cruzar un bosque de eucaliptos y cuatro líneas eléctricas de alta tensión.

En Bielva toco almuerzo. Algún bar queda abierto con lo cual puedes aprovisionarte. Estamos en verano y hay gente por la calle. Nos acercamos a la bolera con la efigie del Zurzo de Bielva, mítico jugador de bolos, y desde allí bajamos hasta la ermita del Cristo de Bielva. Y la bajada por la escalera. 309 peldaños que bajan en línea recta, con algún descansillo, hasta la carretera. Da respeto ver el descenso, pero la escalera está perfecta y se desciende muy bien.


Ermita del Cristo de Bielva



Al llegar abajo leemos que hay personas de rodillas para conseguir los beneplácitos, indulgencias y beneficios del Cristo.

Llegamos a Puente el Arrudo, cruzamos el rio y caminamos en dirección a Cabanzón  unos metros para meternos por un sendero en dirección  al rio. Es el segundo tramo de la senda del Nansa que nosotros lo hacemos en sentido descendente. 

Tramo de sendero delicado
En principio no llegamos a la orilla del rio, casi ni se le ve. El sendereo se trata de adaptar al terreno como puede. Hay zonas de fácil caminar, hay mucha subida y descenso, pero hay un tramo que te aleja del rio subiendo hacia la ladera que calificó como irresponsabilidad meter el Camino Lebaniego por ese lugar. Se trata de un sendero estrecho, unos 40 -50 cm de ancho, con una pared vertical de roca en un lado y una caída a plomo de unos 40 m de altura. Hay un pasamanos de cable con envuelta de plástico, muy resistente, pero que, a mi juicio, da seguridad a personas acostumbradas a ese tipo de lugares. Para niños y para personas que tengan problemas de vértigo, opino que no es un lugar de paso. Cruzarse con otros senderistas es delicado. El piso no es horizontal tiene pendiente transversal con caída hacia el peligro. Si el suelo está mojado no me cabe duda que es resbaladizo, lo cual acrecienta el peligro. Evidentemente es un tramo que se hace con serenidad pero que no debe publicitarse como sendero para todos los públicos. Hay que reseñar los riesgos que tiene transitar por él y desde luego no es un sendero para dirigir a él una multitud de peregrinos que acudan al Monasterio de Santo Toribio de Liébana.

Bueno. Tras cruzar ese tramo delicado, volvemos al sendero y por él salimos a la carretera que une Camijanes con Cabanzón. Allí hay un puente que nos permite cruzar el río Nansa en un precioso y llamativo cañón. Enseguida, tras cruzar el puente aparece otro sendero a mano izquierda, con un cartel que nos señala la dirección por la que debemos seguir caminando. Este sendero asciende a lo alto del cañón para poderlo cruzar. Y llegamos al punto en donde antes nos desviamos hacia la carretera. Ya solo nos queda disfrutar de las vistas del rio y la próxima central que enseguida vislumbramos.



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