EL HAYEDO DE MONTABLIZ. 22.08.23

RUTA 

FOTOS


Estamos a finales de agosto y el parte meteorológico nos presenta un día que hará mucho calor. Nos gusta salir a caminar y para ello buscamos un lugar sombrío. Hemos
concentrado el HAYEDO DE MONTABLIZ y hacia allí nos dirigimos.

Para llegar, vamos a Bárcena de pie de Concha, nos metemos allí por la carretera en dirección a Pujayo y antes de cruzar el río Bisueña, aparcamos. Podíamos haber seguido la ruta en coche un par de kilómetros más, hasta debajo del puente de la autovía, pero, por si acaso hemos preferido aparcar aquí. Y ya estamos en sombra.

Vislumbramos entre la niebla el puente
de Montabliz

El día aparece con niebla alta que luego alrededor de la 1 del mediodía, despejó. Mientras, nosotros comenzamos a caminar cuesta arriba por una pista que lleva a Somaconcha. Hay un cruce con dos portillas canadienses y seguimos por el lado en que hay más cuesta arriba. Estamos a inicio de la marcha. Alegría!!!!

Así tras hacer unas pocas zetas o tornos o lo que quieras llamarlo (zig-zag en el camino) llegamos a presentarnos delante de la vía del tren. 

La "Calzada Romana"

Hay un puente en nue
stro camino que nos permite continuar por encima de la vía y seguimos hasta llegar a entroncar con la “calzada romana”. Las malas lenguas dicen que no es de la época romana, sino que muy posterior.  Pero bueno, por ella entramos en dirección al pueblo de Media Concha. Enseguida comenzamos a pisar las piedras y vemos que la calzada está sucia y poco cuidada.  Hay muchas piedras con algo de “verdín” con lo que pueden patinar. La vegetación, dado que la zona es húmeda, está metiéndose mucho en el camino. Vamos varias razones que nos llevan a pensar que no se cuida nada de ella.

Así, de esta manera, llegamos al pequeño núcleo de Media concha. Aquí ya no hay población. Los edificios se ven abandonados, la vegetación se los quiere comer menos uno de ellos que está en uso. Se le ven puertas pintadas, se le ven geranios adornando las ventanas. Nos encontramos con el dueño que llegó con nosotros. No vive allí, pero viene muchos días a conservar su vivienda.

Seguimos por la calzada hacia el pueblo de Somaconcha. El estado el mismo. Sucia. A vez hay que salirse de la calzada para poder seguir. Se ven abrevaderos sin uso y que se empiezan a ocultar por la vegetación.

Ermita del Carmen en Somaconcha

Y entramos en  Somaconcha. Salvo error u omisión, la mayor parte de la subida de la calzada era entre robles y cajigas. En sombra y muy húmedo. Para un día caluroso como hoy, ideal.

En la ermita del Carmen, a las afueras, paramos a comer nuestra fruta y aprovechamos para robar unas ciruelas que caían sobre el patio de la ermita. Y seguimos. Nos toca un tramo sin cubierta de árboles.

En el cruza a la derecha a seguir subiendo, ahora más suave, pero cuesta arriba.  Estamos en otoño y el borde la pista está plagado de zarzas y de moras. ¡¡¡Que ricas están!!!

Otro cruce a la derecha y enseguida nos metemos en el hayedo. Ahora son todo hayas, algún roble, algún acebo,... Seguimos subiendo un poco mas y rápidamente comienza el descenso y el disfrute del hayedo.
Árbol caido ¿cabeza de dragón?

En Cantabria hay muchos bosques como éste. Para mí los mejores para disfrutar pueden ser el Haya Corva en Ucieda y los hayedos en torno a Espinama – Las Ilces. Sin embargo, la facilidad de caminar por este hayedo, la luz, la juventud de los árboles, la limpieza del suelo, … una serie de detalles que me hacen pensar que este sea de los mejores que he recorrido.

Caminas por la pista todo el tiempo, con un descenso suave. Hay algún charco y defectos de evacuación del agua, pero se pasea perfectamente. Nos cruzamos con una furgoneta que parecía hacer cruzado el hayedo.

Como en todos estos lugares no encontramos con contraluces (a partir de la 1 ya salido el sol que venció a la niebla) con árboles jóvenes rectos y tiesos junto a arboles viejos y retorcidos, con árboles caídos que nos muestran formas irregulares y

, a veces, caprichosas imitaciones de objetos conocidos. Vimos una “cabeza de dragón” en un tronco caído, muchos candelabros, …

Unos kilómetros más adelante, tras una pequeñas “zetas” la pista aumenta de pendiente y se dirige hacia el barranco sin más circunstancias diferentes. Hemos tenido que cruzar un arroyo, que hoy bajaba seco, y que tenía una capa de hormigón para facilitar el paso. Supongo que con lluvia pueden pasar unos centímetros de agua y te mojaras los pies.

El puente desde la
pila central
Tenemos que salir del cobijo de los árboles un rato y enseguida nos metemos en el paso  por debajo del ferrocarril de ADIF en Montabliz. Sobre nosotros está el apeadero. Es curioso ya que este lugar tiene doble y hasta triple vía. Será por algún motivo de construcción y/o explotación ya que el ferrocarril es todo el de vía única. Aquí se pueden cruzar los convoyes.

En este tramo debemos cruzar dos arroyos como el anterior, con firme de hormigón. Hoy tiene agua y mojas la suela de tus botas. Con cuidado solo mojas las botas. En caso de mayor caudal no me cabe duda que te mojaras más. Si es cierto que el cruce es corte y hay piedras que te permitirán, con cuidado de no caerte, cruzar o vadear el arroyo sin mucho problema.

Y seguimos descendiendo por el camino afirmado y nos acercamos al puente de la autovía.- El Puente de Montabliz. Este puente paso, en su día, por tener la pila de puente mal alta de España. Se escribe que 130 m de alto, aunque otras referencias dan 198. Habrá que preguntar a quién lo sabe de verdad. Lo que si te puede decir es que su trazado en curva y la forma curva de las pilas, hace que las fotografías desde abajo sean más espectaculares de lo normal Es como si el efecto de gran angular ya está incorporado en la forma de las pilas y el tablero.

Ya casi estamos terminando. Salimos de las pilas del puente y subimos un poquito por la pista. Seguimos por dentro del bosque aunque ya nos entra un poco de luz debido al ancho del camino. Subimos hasta el cruce en donde esta mañana hemos comenzado la subida fuerte y en donde había dos portillas canadienses, y ya hacemos así la ruta circular. Ahora solo nos queda el ramal para llegar al lugar en donde hemos dejado el coche.

Como he señalado, toda la marcha discurre por pistas y es muy fácil y segura. La puedes hacer con familia si todos tienen fuerza para ello y aprovecha el otoño que será, sin duda, espectacular.

 


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