POR LAS ORILLAS DEL NANSA


Estamos en otoño y hay que aprovechar las buenas ocasiones, como el día de hoy. Atmósfera limpia, buena temperatura, sol radiante, no llueve. Es pronto para los colores rojos y ocres del otoño, sin embargo, hay que disfrutar.

Hemos ido hasta Muñorrodero a recorrer la Senda Fluvial del Nansa. El conjunto de factores ha conseguido que disfrutemos auténticamente de la mañana de paseo.

La senda fluvial se trata de un paseo que se ha construido empalmando antiguos caminos que usaban los pescadores. Con pasarelas, escaleras y artilugios similares han conseguido unir desde la Iglesia de Muñorrodero hasta la central Hidroeléctrica de Camijanes. Siempre por la orilla del río.
Se ha previsto que, en algún caso, haya alguna crecida del río, por lo que se han diseñado algunos tramos de sendero en zonas de aguas bajas y, en paralelo, otra ruta para aguas altas. 
La senda tiene la poca pendiente del río. Hemos caminado unos 8 km subiendo y otros tantos bajando. Hemos subido por la senda de aguas bajas y bajado por la otra senda. Aproximadamente 2 horas de camino subiendo y otras dos bajando. Lo hemos hecho todo antes de comer y hemos quedado algo cansados y con la espalda y los tobillos algo cansados.

 

En general el paseo discurre plácidamente por la orilla del río. Al llegar a la central, enfrente existe una pequeña cascada del arroyo que baja de Cabanzón, no os lo perdáis.
Si te hago algunos consejos. Lleva un buen calzado ya que el piso es muy irregular.
La zona en la que discurre el camino está a la orilla del río y, en general, sombría. Además hay mucha piedra caliza muy desgastada. Todo ello hace que haya zonas deslizantes en las que puedes patinar. Tengamos cuidado con los escalones de bajada. También es muy bueno acompañarse de un buen bastón. Tres apoyos son mejores que solo dos.
Es fácil, sigue la ruta, y disfruta. 

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