CERRO MARTA. 15.09.14. PN OMAR TORRIJOS


Dura, yo diría que fue muy dura nuestra ascensión al cerro Marta, dentro del Parque Nacional Omar Torrijos en Panamá. Como primer consejo, subir siempre acompañado de un guia local. Nosotros subimos con Macedonio (6549.7321), y menos mal. Luego os cuento.
Acceso rodado a Santa Marta, 
iniciode la marcha
Nos acercamos hasta el pueblo de Santa Marta. El acceso es por caminos sin pavimentar y con fuertes pendientes. Es imprescindible subir con un vehículo todo terreno con tracción a las 4 ruedas. Sobre todo si llueve. No hay tracción suficiente en ese caso. Tuvimos que remolcar alguno de los vehículos por falta de adherencia con el suelo. Un RAV 4 con doble tracción tiró perfectamente de los demás coches tipo "todo camino"
En la localidad de Santa Marta nos juntamos todo el grupo. Allí comenzamos a caminar y, en un plazo muy breve ya nos metemos en senderos. Al principio fácil, con mucho calor como sucede en Panamá con frecuencia. Enseguida el camino se mete por vaguadas que si no llueve son transitables. Son arcillosas y patinan algo, pero es asequible.
Vemos varios carteles del parque No vimos a nadie cobrando los accesos. Hemos cruzado dos quebradas con un escaso caudal. Se vadean perfectamente con un poco de cuidado.
Sendero por el fondo de la vaguada
Así, poco a poco, nos aceramos a la falda del cerro Marta, Comenzamos a ascender por una pradería y, enseguida, nos encontramos con peldaños de tablones de madera.
En este momento tenemos que reseñar que nos dirigimos al lugar en el que perdió su vida Omar Torrijos, a la Sazón Presidente de Panamá. El acceso al lugar del accidente de su avión ha sido acondicionado por las autoridades hace unos pocos años y estos peldaños son fruto de estos trabajos. Como suele suceder en estos casos, se construye la obra pero no se hace ninguna labor de conservación, con lo que la vegetación ya está comenzando a cerrarse sobre los peldaños y sobre el camino. Nuestros guías tuvieron que sacar el machete para poder facilitarnos el paso a los demás.
El sendero sigue ascendiendo con fuerte pendiente por el interior de un bosque tropical, a la sombra. Menos mal.
Nosotros seguíamos ascendiendo y el clima cambió. Llegó la tormenta, que resultó ser una de las primeras del "invierno". se pasó todo el día y parte del siguiente día lloviendo. Ello nos dificultó mucho la subida y la bajada posterior.
Como pudimos llegamos hasta el ligar del accidente y nos metimos por el interior del avión siniestrado. No hay fotos ya que la lluvia era tanta que aconsejó guardar el equipo fotográfico. 
La ruta expuesta acaba en el lugar del accidente. Tan desagradable era el momento que nos negamos a subir los pocos metros que nos faltaban para alcanzar la cima del cerro. Si llegas allí, podrás ascender lo que falta ya que el sendero está perfectamente amarrado.
Vista en la lejanía de la sierra en la que
se encuentra el Cerro Marta
Comenzamos a descender y, aquí vino la debacle. Volvemos por el mismo sendero. Ahora esta totalmente empapado y las arcillas se han convertido en resbaladizas. Mas de una caída de culo hubo. Algunas de los senderistas no tenían todas las fuerzas que se esperaban y hubo que ayudarles a salir. La ayuda fue mas moral que otra cosa: quitarle la mochila y estar otra persona totalmente pendiente de ella. Como si de un invidente se trataba había otra persona que permanentemente iba cotando el codo o el brazo para ayudarle a buscar al camino. Se le iba marcando la posición en donde colocar el pié, ...
Vista del cerro marta desde la falda
en la que se comienza su ascensión
Pero no acaba aquí todo. La lluvia había provocado la acumulación de agua en las quebradas. Lo que por la mañana fue "voy a ver donde piso para no mojarme los pies" ahora era "voy a ver donde me agarro para que la corriente no me arrastre". En las tres quebradas el nivel del agua había subido mas de 1 m sobre el fondo. Para cruzarlas hubo que jugarse "un poco" el tipo. Nuestro guia se fajó y cruzó la quebrada. Llevábamos una soga para ayudarnos. Se ató en las dos margenes de la quebrada en sendos troncos de árbol. De esta manera, uno a uno, agarrándonos a la cuerda, cruzamos la quebrada. Con cuidado del lugar en el que pisábamos, cuidado de no caer la corriente cuidado de no soltar la cuerda. Alguno incluso fue atado con un mosquetón. Fue un momento delicado ya que el riesgo existía.
Así, con todas estas penurias, llegamos al lugar en el que teníamos los coches. Desuñado salir de allí y ya de noche cerrada, eran mas de las 7 de la tarde. 
Comenzamos es descenso en coche. Había que subir algunas rampas que los vehículos que no tenían doble tracción no podían, patinaban. La cuerda fue de nuevo fundamental y con su ayuda y la del vehículo RAV 4, remolcamos los dos vehículos. La cuerda volvió a ser necesaria.
Al final un poco de enfado por las tremendas dificultades y penurias que pasamos. Pero ¿que es un guarumeo sin estas aventuras?





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