ESPIGÜETE.02.08.15

RUTA
FOTOS

Estuvimos mirando el parte meteorológico varios días y parecía que el clima iba a ser benigno. Hubo suerte. Fue un día limpio de sol, con un poco de viento que nos permitió subir relativamente fresco.
Con la mañana salimos de Santander. parada en Orzales a recoger la empanada de Chorizo que habíamos encargado para comer en el monte. Así llegamos hasta Cervera y seguimos por la carretera de los pantanos hasta llegar a la zona en la que aparcamos. Está cerca de Cardaño de Arriba y hay un aparcamiento para varios vehículos ya que, desde ese punto, se accede caminando por una pista a unas cascadas a las que la gente gusta de ir a bañarse.
Vista del "monstruo" desde la carretera que nos trae
de Cervera de Pisuerga
Trepando agarrados a la roca

Nuestra intención era subir por la cresta, que es la cara oeste y bajar por la cara norte, para llegar a las famosas cascadas Mazobre y retozar un rato con el agua.
A medio camino nos encontramos con una pareja (que no se como pero subía corriendo) que nos aconsejó volver por el mismo sitio ya que había aún algún nevero que podría acarrear un riesgo de patinazo y caída al vacío. No obstante había gente que subía y bajaba por esa cara norte.
Ya por encima de 2.000 m y la cresta por la
 que hemos caminado
Bueno, mientras llegábamos, vimos emerger del terreno una inmensa mole de roca de color blanquecino, que destaca sobre el verde de los valles de alrededor. La roca caliza, que carece de vegetaci´çpn sobre ella,  emerge sobre los sedimentos silíceos que permiten el crecimiento de escajos, hierbas y árboles.
pies llegamos y aparcamos. Era pronto y teníamos sitio. Enseguida comenzamos a caminar y, sin dilación, comenzamos a trepar. El Espigüete no te engaña, desde el primer momento a trepar. Hay muchos tramos en los que es necesario agarrarse ligeramente a la roca para tener mas seguridad. 
La marcha es muy dura ya que el desnivel que subimos es de alrededor de 1.200 m en una corta distancia de poco mas de 4 kilómetros. Una pendiente de más del 30%, 
El camino está prácticamente marcado por las huellas de anteriores caminantes. Hay un sendero que se observa en casi todo el tramo y hay múltiples montoncitos de piedras colocadas para que sepas por donde tienes que subir.
Cansado, muy cansado y duro el ascenso. Un día de calor será prácticamente imposible subir por la tremenda sudada que vas a tener. Yo subí tres litros de agua y no bajó ninguno.
En el camino hay varios lugares no aptos para personas que sufran de vértigo. No son excesivamente peligrosos, pero reconozco que pasar por una cresta de la montaña y no ver el final de la posible caída asusta al mas pintado.
En hacer los 4 kilómetros tardamos alrededor de 4 horas. Desde las 10,30 hasta las 14,30. No paramos más que a los típicos resuellos, hacer unas fotos, comer unos frutos secos, ....
Vista del valle de arroyo de Las Llamas.
Al fondo el Curavanas
Dado que el día estaba despejado pudimos contemplar la panorámica desde arriba y durante toda subida. Comenzamos viendo los valles de los ríos - Arroyo de las Llamas y Arroyo Mozabre -. Enseguida vimos al oeste de nuestra posición, justo a la espalda mientras subimos, el Curavacas, otra mítica montaña que espero subir algún día.
Al norte vemos el pico Murcia y el Pico Tres provincias entre otros.Al sur comienza a verse los embalses. El de Camporredondo está vacío por mantenimiento en la presa y el de Compuerto se observa prácticamente lleno, a pesar de estar a principios de Agosto. En la cabecera del embalse vemos las torres de refigeración de la Central Térmica de Velilla del Río Carrion.
Seguimos subiendo y, al ir ganado cota,  al norte, por detrás de la cresta de nos separa de Cantabria, comenzamos a vislumbrar los Picos de Europa, hermosos, blanquecinos, con algún  nevero aún en sus laderas.
En estas zonas ya estamos a mas de 2.000 m. de altura y los pasos se hacen algo más difíciles. Nunca imposibles. Las botas con buena suela de goma se agarran a la perfección a las rocas. No dudo que con la roca húmeda puedan patinar. No sé como pueden subir por aquí en invierno y nevado.Me parece un riesgo indecible.
Poco a poca, no sin un gran esfuerzo, conseguimos llegar a la cima. Siempre hay alguien que ha llegado antes que nosotros y nos hizo la foto de rigor, con la cruz y con el vértice geodésico. Hay que recordar y demostrar que hemos llegado allí.
Hicimos la panorámica de todo alrededor: lo ya hablado de los Picos de Europa - ahora mucho mas magníficos ya que se ven aun mas -, el Pico Tres Provincias, el Curavacas, los embalses y ahora el valle de Riaño, con su embalse que destaca sobre todo el paisaje y con algunos pueblos que, desde la cumbre, se observan perfectamente: Siero de la Reina, Boca del Huérgano, ..
Ya no nos queda mas que hacer y emprendimos el camino de vuelta,. Arriba hacía viento. No peligroso ni frío. Estábamos a gusto en manga corta, pero no hacíamos nada allí. Seguían entrando y llegando mas senderistas y debíamos dejar espacio para que los demás disfrutasen de la montaña.
Durante la subida y la bajada no vimos una bolsa de plástico, una lata tirada, un envoltorio de una chocolatina. Nada. A este lugar suben senderistas preparados y éstos saben que estos residuos no se dejan el campo.
Los dos valientes en la cumbre. Al fondo la Cruz
y el Vértice Geodésico. Hemos conquistado
Me gustó ver volar una pareja águilas a mi altura, mas de 2.000 m sobre el nivel del mar, aprovechando las térmicas para ascender en busca de una mejor panorámica. estaba a menos de 100 m. en el aire. No pude tirarme como lo hacían ellas.
El descenso fue lento. Tardamos algo mas de tres horas, incluyendo la parada para dar cuenta de la empanada. En el campo nunca tengo exceso de hambre, pero es necesario reponer la gasolina para que el cuerpo pueda seguir respondiendo al esfuerzo que se le está pidiendo.
Poco a poco llegamos a nuestro punto de partida, por el mismo camino que hemos empleado para subir. En la parte baja yo seguí el GPS con la ruta guardada. El resto de la cordada se buscó un poco la vida y llego a tener que atravesar una zona con escajos que le produjo daños en las piernas. En general la subida y bajada se hace sin pisar vegetación por lo que se puede hacer en pantalón corto si así lo permite la climatología.
EL resumen encantador. Maravillosas vistas como siempre sucede en la montaña. Cansado, muy cansado. Agujetas durante 4 días. Ibuprofeno para mantenerse. Pero siempre dispuesto a otra visita como esta. El Curavacas y el Almanzor - este último en Gredos - nos están esperando.







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