SUBIDA AL MONTE CUERA o MONTE TEJA

RUTA
FOTOS

En un día de mediados de septiembre he ascendido al cerro Cuera o Monte Teja. (pongo "cerro" ya que se me quedan expresiones panameñas). El día no estaba claro y amenazaba lluvia. Sin embargo no cayó nada de nada. Algo de viento que me permitió algo de vistas de los valles y montañas próximas y no tan próximas.
La tudanca me miraba
Llegue al Pueblo de Tarriba en San Felices de Buelna. Aparco en la plaza y me meto a caminar por una calle del pueblo en la que se señala con un cartel Cueva de HORNOS DE LA PEÑA. La calle es una fuerte pendiente asfaltada, con casa a un lado y huertas al otro. Un palacio dieciochesco venido a menos aparece a mano derecha. Qué pena el abandono que sufre.
Erizos de Castañas
Enseguida dejo la carretera asfaltada y me meto por una pista hormigonada, con más pendiente aún. Caminar por esta pista es todo lo que tengo que hace durante una hora. Puede contemplar lo que la naturaleza me ofrece a los principios del otoño: panojas, nueces, castañas, bellotas, moras, avellanas, manzanas y alguna que otra seta. Todo en su lugar de origen y algunos de los frutos aún sin estar en condiciones de recolectar. Allí los dejo. Y sigo caminando. No me encuentro con nadie, aunque hay algunas cabañas por el camino.
En un momento determino que quiero abandonar la pista y, ya que veo una cumbre, me subo por los prados hacia ella. Subí por una pendiente muy fuerte, lo que me obliga a hacer zigzag en mi trayectoria. En el prado se observa una senda que está ahora más pisada por vehículos de ruedas que otra cosa. Las motos y los quad's se han hecho ahora dueños del monte.
Por esos prados y siguiendo las huellas de las motos llego a una cumbre que no es mi monte Cuera, mi destino de hoy. Este monte se aprecia a unos metros más arriba. Hay muchas pistas por el campo y muchos caminos por los que andar. Por ellos me encamino hacia la cumbre. Pendiente fuerte. Muy fuerte. Subo sin mucho problema. Desde arriba hay buenas vistas. 
Nubes y vistas desde la mitad de la subida
Por todos esos prados convivo con sus habitantes puestos allí por el hombre: vacas y caballos fundamentalmente que pastan libremente por los prados. Al bajar, veo que sale del monte algunas huellas de jabalíes y de venados. Sin duda habrá por vida por esos bosques.
Algunos valles tienen alguna nube baja, lo que siempre da su encanto. Observo nítidamente los montes próximos: Ibio, Mozagro, Dobra. Más lejos veo la bahía de Santander y veo la Peña Cabarga. Por el este veo los picos de soba. Se distingue perfectamente el Picón del Fraile y el Castro Valnera. NO lo reconozco, pero creo que se ve el Cornón de Peña Sagra. Mas hacia el oeste veo las sierras del Cuera en Llanes. En definitiva una vuelta completa a la región.
El vértice geodésico
Hace viento y aunque no llueve, el parte sí amenazaba con lluvias tempranas. Me bajo rápidamente. Me tiro por una pendiente fuerte, más aun si cabe en dirección suroeste. Hay un sendero marcado y lo sigo hasta llegar a una pista. Bordeo una cabaña y su cercado y cojo otra pista. Finalmente bordeo otra cabaña y me meto en un sendero en el bosque. Maravillosos sendero que recorre y cruza  el bosque de hayas, robles, avellanos, manzanos, de todo. Algún paso con un poco d agua, pero lo justo para mancharse los pies. En este camino veo también huellas de motos. Por aquí no caben los quad's.
La rama caída hace años se ha cubierto de musgo
En este sendero paro múltiples veces a hace fotos directas a contraluz, de quimas, de hojas, de frutos, de la tierra, del agua de contraluces, de…
Salgo a una pista que es la que da la vuelta a todo el barranco del Tejas. Me recuerda a las pistas de Ucieda y del Hayacorva. Es una forma muy fácil de recorrer el monte y hacerlo agradable a los que quieren verlo en coche.
Sendero de bosque de enanitos
Caminando llego a la casa del Monte. Es una cabaña abierta que sirve de refugio y en torno a la cual hay mesas y barbacoas para disfrute de los usuarios. A pesar de ser ya más de la 1 del medio día, ser domingo y no llover, no hay nadie. Está abandonado y poco cuidado, Veo barbacoas llevas de piedras  y muy sucias. Lo bueno que tiene la zona es que hay una fuerte y hay agua.
El toten que señala la posción de la cueva
de Hornos de la Peña
Sigo por la pista y llego a la entrada a la cueva de Hornos de la Peña. Su acceso está muy limitado, Sólo grupos de 4 personas y 3 ó 4 grupos al día. Quería entrar con el grupo del colegio, pero va a ser difícil poder meter a todos, Como mucho entraran ocho personas en dos grupos: el de última hora de la maña y el de primera hora de la tarde. Lo tengo que organizar.
Ya camino por la pista asfaltada. Llego al pueblo y vuelvo a ver el palacio que comenten a la subida. Ahora lo veo por delante. Qué pena. Daña a la vista. Se trata de un palacio dieciochesco, con cuatro pilares de piedra circulares en sus cuatro esquinas, fuertes pareces de piedra, arcadas en su frente, una balconada impresionante que se cubierto con un dosel de madera raro y llamativo. Las circunstancias han obligado a que ahora sea una casa de vecindad. Cada uno ha cerrado los suyo. En el balcón, que es la fachada principal de la casa, la colada puesta. Una tapia que choca contra la fachada y que impide contemplar su grandiosidad. La vecina de abajo ha puesto un toldo de colorines. Por detrás han construido cobertizos de bloques de hormigón que se adosan al edificio. Un destrozo en si del conjunto del edificio.
Con todo ello, llego de nuevo a la plaza de Tarriba, cojo el coche y me voy a casa. Unas cuatro horas de caminata, unos 16 kilómetros y unos 900 m. de desnivel acumulado. Una buena mañana de domingo de septiembre.




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