Fotos
Ruta
De subida en coche pasamos junto a la cueva Salitre II, que es una reproducción de una reproducción de otra cueva con pinturas rupestres y restos de uso prehistórico.
Al aparcar, comenzamos a caminar sin prisas. El tiempo parece asentarse y no amenazar lluvia. Nos acercamos hacia los pozos, en principio por una pista hasta que nos salimos de ellas. Prados y senderos que prácticamente no se aprecian. Sin embargo allí están. Subimos a un collado y nos giramos a la izquierda, en dirección noroeste. Por ese lugar trepamos, por encima de un lapiaz de roca, hasta la primera de las cumbres. Desde allí buenas vistas de Santander, con el inconveniente de no ver la bahía que está detrás de la Peña Cabarga. Algo asoma la ría de Cubas, y si se observa la costa sin problemas hasta el Buciero. La costa hacia Liencres cuesta verla.
Nos
bajamos de esa cima y buscamos la manera de subir a la cima principal, en donde
está el vértice geodésico. Encontramos un sendero en dirección sur-este que lo
seguimos. Enseguida aparecen flechas y puntos pintados en la roca de color verde
fosforito. Con el sendero, que se observa bastante bien, y las pintadas de roca
como guía, subimos y trepamos sin problema hasta la cima de las Esguinzas.
Hace a aire y la atmósfera está más o menos limpia. Alguna bruma en el horizonte
hacia el norte –la costa. Por el sur, hoy hay nubes amenazantes. Vemos los
picones de Sopeña, que íbamos a haber recorrido, envueltos en nubes y niebla. El
Castro Valnera no se ve.
Podemos pasar algún whatsapp desde la cumbre. Algo de cobertura hay. Me piden que revise el hito del vértice geodésico para repararlo. Hago fotos. Buscamos un resguardo a sotavento y picamos algo de lo que hay en la mochila: un bocadillo, una fruta, un poco de queso, almendras, agua,…. No sé lo que salió.
Ruta
Queríamos
hacer una travesía entre el puerto de la Braguía (Selaya – Vega de Pasa)
y el puerto del Alto del caracol, pasando por el hayedo de Zamina y los Picones
de Sopeña. Todo se lió -pocos coches, mucha gente- y, sobre todo, mucho viento
y amenaza de lluvia fuerte. Hubo que buscar alternativa. Nos bajamos de cota y
llegamos a la zona de los Pozos de Noja, subiendo allí por La Cárcoba. Prácticamente
al acabarse el asfalto aparcamos los coches,
Vista de detalle del Lapiaz que hemos cruzado |
De subida en coche pasamos junto a la cueva Salitre II, que es una reproducción de una reproducción de otra cueva con pinturas rupestres y restos de uso prehistórico.
Al aparcar, comenzamos a caminar sin prisas. El tiempo parece asentarse y no amenazar lluvia. Nos acercamos hacia los pozos, en principio por una pista hasta que nos salimos de ellas. Prados y senderos que prácticamente no se aprecian. Sin embargo allí están. Subimos a un collado y nos giramos a la izquierda, en dirección noroeste. Por ese lugar trepamos, por encima de un lapiaz de roca, hasta la primera de las cumbres. Desde allí buenas vistas de Santander, con el inconveniente de no ver la bahía que está detrás de la Peña Cabarga. Algo asoma la ría de Cubas, y si se observa la costa sin problemas hasta el Buciero. La costa hacia Liencres cuesta verla.
En la cumbre, junto al vertice geodesico, está este "buzon" |
el vértice geodésico, en la cumbre, algo deteriorado |
Podemos pasar algún whatsapp desde la cumbre. Algo de cobertura hay. Me piden que revise el hito del vértice geodésico para repararlo. Hago fotos. Buscamos un resguardo a sotavento y picamos algo de lo que hay en la mochila: un bocadillo, una fruta, un poco de queso, almendras, agua,…. No sé lo que salió.
Nos
quedamos fríos y comenzamos a buscar la siguiente cima. Cuando estamos bajando
nos caen cuatro gotas de agua y nos da miedo. Estamos caminando por una zona muy
rocosa, con superficies muy lisas que, cuando se mojan, patina. Nos dio algo de
miedo y, en vez de seguir a la siguiente cima, optamos por buscar un camino de
bajada.
Vista del valle de Noja, desde donde salimos a caminar |
Tras
bajar de la cumbre seguimos a media ladera en dirección sur-oeste, Avanzamos
sin problemas por senderos de animales. Ahora ya no hay señales ni pintura pero
no se ve peligro alguno en la marcha. Llegamos a un lapiaz que cruzamos bajando
en dirección a un collado. Rodear la dolina tiene pinta de ser fácil, pero
preferimos atajar algo aunque haya que pisar el lapiaz y descender agarrándose
a la roca.
Desde
ese collado, ya vemos los prados y las cabañas en torno a ellos. Es fácil salir
de allí en dirección a los coches. Nos
falta bajar al prado. Por el fondo de la vaguada parece haber camino. Lo seguimos
y lo seguimos y lo seguimos y conseguimos llegar al prado, que nos ha dado
acceso a los coches.
Si te
puedo decir que, con mejor tiempo, habríamos subido trepando – caminando, a las
demás cimas y crestado sin excesivos problemas. Es una marcha asequible para un
grupo de personas acostumbradas a caminar.
Que lo
disfrutes.
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