LOS PUENTES DE UCIEDA. 27.12.15

RUTA


Nochebuena, Navidad, sábado, domingo, fiestas y más fiestas. Comilonas y más comilonas. Hay que desengrasar algo y he convencido a la familia para que me acompañen a caminar por los montes de Ucieda.
Sendero lleno de hojas
Estamos en invierno, pero esto no es normal, hace un tiempo magnifico. Nada de frío, 14 -16 grados. Hace mucho que no llueve, el campo está seco, no ha barro en los caminos, vamos, una serie de condiciones que nos incitan a salir a caminar.
Hemos ido en coche hasta un poco más arriba de la campa de Ucieda. Hay un cruce a la orilla del río. Pasamos sobre el puente y aparcamos. Llegamos sobre las 10 y ya está todo prácticamente ocupado. En el borde de la carretera dejamos los coches. Comenzamos a andar por la pista en dirección hacia el moral. Ya sabemos que a unos 3 km aparece un sendero que es la conocida ruita de los puentes. Antes de llegar a él, nos salimos un par de veces de la pista por atajar y pisar otro terreno diferente.
Este es uno de los puenets
Al entrar en el sendero de los Puentes nos encontramos con una señal advirtiendo de que había caza en el monte y… Apareció en se momento el guarda en un todo terreno y nos lo confirmó. Avisó que no podía prohibirnos caminar por el sendero, pero que había un cierto riesgo. La verdad es que oímos a los perros, no vimos ningún jabalí ni corzo ni venado ni nada similar y sí oímos un disparo. Al parecer cazaron un jabalí.
Nosotros a lo nuestro. El sendero de los puentes tiene muy poca pendiente. Es un sendero a media ladera que recorre una serie de vaguadas. En ellas hay puentes construidos de madera. Poco conservados, pero al menos suficientes para soportar el peso de una persona y no  tener mayores problemas.
Foto del grupo en el árbol. Falto yo
Pasamos el primer bosque, salimos al primer claro y entramos en otro bosque. Allí hay un roble tumbado enorme, gigantesco. Algún rayo lo tiró hace cientos de años y él sigue viviendo. Sacó nuevo tronco vertical y siguió siendo ser vivo. Es normal hacerse fotos con él. Han puesto un letrero pidiendo que no nos subamos a su tronco. Eso hicimos. Respetarlo.
Las ramas del árbol caido
Seguimos nuestro paseo, por el sendero, cruzando puente. Creo que conté hasta 16. El bosque estaba ya sin hojas. Estamos en invierno. Las luces no son  tan claras como las que vimos hace un mes en el haya corva. Sin embargo, me sigue gustando el lugar. Las hojas caídas daban color ocre al suelo. Muchas, todas, castaños, hayas, cajigas, encinas, de todo.
Casi al final del sendero, donde nos dieron las dos de la tarde paramos a comer un bocata. En pleno invierno nos sentamos tranquilamente ene kl suelo, estaba seco. Hace días de que no llueve y sopla el viento sur. Estos días hay incendios en la región motivados por pirómanos y favorecidos por el viento sur, viento seco y cálido. Grrrr
¿es un puente?
Poco a poco nos vamos acercando a al final del sendero. Salimos a otra pista que nos lleva en caminos descendente de nuevo hasta los coches. Yo, como siempre suelo hacer, me he metido por el sendero adaptado en el que hay una barandilla y unos cuantos carteles interpretativos muy sencillos en cuanto a lo que ponen, pero perfectamente explícitos. Ves dos hojas de encima y de roble y ves la diferencia. Ves dos huellas de jabalí y de venado y ves las diferencias. No se escribe un texto largo que no lee nadie.
En definitiva una mañana y parte de la tarde de un domingo de invierno aprovechada mucho mejor que con el Sillón Ball.

Que lo disfrutes.






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