VUELTA A LA BAHÍA DE SANTANDER, 24.01.16



No siempre son altas montañas y fuertes desniveles. Hoy, viendo el parte meteorológico y con pocas ganas de desplazarnos, nos hemos decidido por hacer una marcha, quizá un poco larga, cerca de Santander.
La salida es del palacete del Embarcadero, en el centro de la ciudad. Hasta allí hemos bajado andando desde casa. Un paseo para calentar motores y preparar los músculos para la marcha. Hemos bajado por el túnel de Tetuán, no todo va sea castigo físico.
En el embarcadero, fotos de rigor, esperar a que se forme el grupo y hemos cogido la lancha que nos ha llevado hasta Pedreña.  Hace un día precioso, sol, la justa brisa, el agua ni se mueve, está marea baja, vamos todo a favor.
La grua de Piedra
Los domingos y festivos, los lancheros no madrugan y la primera lancha sale a las 9,30. Hemos esperado hasta esa hora. Como estamos en invierno, el sol no se levanta mucho en el horizonte, y nos permite hacer preciosas fotos en contraluz, con juegos de luces y sombras alargadas. Ahí se ven lagunas fotos por debajo del muelle de Calderón, el gancho de la grúa de Piedra, los pescadores, el cormorán…
Tras llegar a Pedreña comenzamos a caminar. Hay una pasarela por la que nos metemos. Discurre por debajo del pueblo de Pedreña, paralela a la carretera. Luego caminos vecinales, hasta llegar al acceso al Golf. Seguimos gasta la orilla del mar en donde hay construido una senda pavimentada. Sin problemas de caminar por ella.
Al acabar el golf, sube una pequeña cuesta y nos encontramos con el camino de servicio de las tuberías del Pantalán de calatrava. Por él. Teóricamente no se puede pasar, pero nunca dicen nada. Hay cámaras que controlan todo. Es conveniente ir bien peinado para salir guapo. Es interesante ver cómo están construidas las tuberías,  los apoyos, los lazos o liras que hay construidas para permitir los movimientos de dilatación propios de las subidas y bajadas de temperatura, etc.
Debajo del Muelle de Calderón
Pero todo acaba. Se bordea la portilla y se entra, por debajo de las tuberías, en  el aparcamiento del cementerio de Gajano. Hay que rodearlo y entrar en un camino también pavimentado que nos lleva a recorrer toda la orilla del mar hasta las proximidades de Pedros, pero sin poder llegar hasta esta Isla – península o lo que sea. Les falta un poco de camino por encimad e un dique y un puente para llegar hasta allí. Me imagino que problemas de competencias y propiedades públicas impiden la terminación.
Hemos pasado por dos antiguas canteras de dolomía ya sin uso. Como hop hay posibilidad de seguir por la costa nos metemos hacia el interior. Hay que subir la cuesta en dirección a Gajano. Enseguida a la derecha, pasando junto a una ermita en donde hay una placa de recuerdo al párroco de allí, ya fallecido, que era primo de familia política y que fue el que ofició la ceremonia de mi casamiento con reyes en Suances.
Pescando
Se baja por el camino y se vuelve a coger otro tramo de camino que hace las veces de senda costera. Acaba rápido y no hay más remedio que salir a la carretera. Caminar un  poco por la acera. La ventaja es que pasas junto a unos bares que te pueden ayudar soportar la caminata con un café, una cerveza o un medio. Eso es para gustos, como  los colores.
Al llegar a la entrada de la isla de Pedrosa, volvemos a salirnos para, un poco más adelante, volver a coger la entrada a la senda costera. Hay que señalar que durante todo el tramo de esta senda hay fuentes en las que coger o beber agua y que, al estar muy pegado a la mar, siempre puedes ver algunas de las aves que en sus proximidades viven. Estos días o ya que hay veda, pero también he visto mariscadores cogiendo las famosas almejas de Pedreña.
Con todo este camino llegamos a carretera de nuevo, a la altura de La Primera del Puerto (primera baliza de alienación del puerto de Santander). Allí por la carretera cruzamos la ría de Astillero y nos metemos por la zona del cargadero de Orconera para seguir ahora ya en dirección a Santander. Hemos pasado el punto más al interior, de la bahía por el que caminamos hoy.
la lancha varada, el Pantalán de Calatrava, Casas de Camargo
 y, el fondo y con nieve, a mas de 80 km., el Cornón de
Peñasagra y todas las sierras cercanas
La vuelta es mucho más “urbanita”. Seguimos ahora por un carril bici – peatonal que ocupa parte de la antigua carretera y nos metemos, tras bordear el astillero de Astander, en las marismas Blancas. Podríamos rodearlas, pero se nos hace ya más largo de lo que debemos y seguimos paralelo a la carretera a cruzar la ría de Boo. Luego seguimos paralelo a la esta ría, por delante de Equipos Nucleares, por delante de Desguaces Submarinos hasta Punta Parayas.
Llevamos desde las 10.15 caminamos y son las 13,30. Nos merecemos una cerveza que cae como tonta en el bar que hay allí instalado. Como hace un día precioso, unos 20 grados en enero, el abr está lleno. Cuesta conseguir que te sirvan. Pero lo hacemos y nos refrescamos. Aquí nuestro grupo se ha dividido. Algunos hemos seguido en dirección a Santander. Otros, se les hacía tarde y así lo tenían previsto, han  ido al Aeropuerto en donde han cogido el autobús que les ha devuelto al punto de origen de la marcha. Hay que señalar que, en Astillero, hay un tren cada media hora en días laborables y cada hora en días festivos, con lo que hay transporte público asequible y fácil para volver a Santander.
Los que vamos hacia Santander, hemos dado la vuelta al aeropuerto, hemos pasado por debajo de la pista en la cabecera de la misma, entramos en el puerto deportivo de Marina del Cantábrico y seguimos caminando por la orilla del mar o marisma hasta llegar a la valla del Puerto de Santander. Esta cortado a cal y canto. Nos enfadamos y pensamos en pasar por debajo, pero al final decidimos ser un poco más cívicos que los que han mandado colocar la puerta y seguimos. Nos encontramos con una valla rota junto al depósito de Butano y nos metemos a la vía de acceso al Puerto de Raos. Hoy es domingo y no circulan trenes.
Así llegamos a la carretera que teníamos cortada. Seguimos y nos encontramos con otra portilla que la pasamos saltando una barrera de seguridad de carretera. Una bionda.
Seguimos así bordeando la valla del puerto hasta llegar al polígono industrial, en donde seguimos por la orilla de la carretera hasta llegar a la rotonda de la Marga. Se podría haber caminado por el interior del polígono, incluso por la calle que existe unto a la valla del puerto, pero ya estábamos terminando y tratando de llegar.
Ya en la ciudad, el grupo se ha vuelto a descomponer. Algunos nos hemos ido hacia cuatro caminos y la Albericia y otros han caminado hasta el palacete del Embarcadero a recoger los coches que allí tenían aparcados.
Esta es una marcha fácil, sin pendientes,  muy llamativa ya que ves la bahía con una perspectiva totalmente diferente a la que vemos desde Santander. Si a ello juntamos la “experiencia” de cruzar la bahía en el barco de los Pedreñucas, ver aves que siempre anidan y nadan en las zonas de marismas, ver los yates y veleros de las tres marinas que hemos cruzado – Astillero, Marinad el Cantábrico, y marina de Raos-, el buen tiempo… Todo ello nos ha proporcionado una caminata agradable y hasta cansada. La vuelta son las de 22 km. Fáciles.

Que lo disfrutes.

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