No siempre son altas montañas y
fuertes desniveles. Hoy, viendo el parte meteorológico y con pocas ganas de desplazarnos,
nos hemos decidido por hacer una marcha, quizá un poco larga, cerca de Santander.
La salida es del palacete del
Embarcadero, en el centro de la ciudad. Hasta allí hemos bajado andando desde
casa. Un paseo para calentar motores y preparar los músculos para la marcha.
Hemos bajado por el túnel de Tetuán, no todo va sea castigo físico.
En el embarcadero, fotos de
rigor, esperar a que se forme el grupo y hemos cogido la lancha que nos ha
llevado hasta Pedreña. Hace un día precioso,
sol, la justa brisa, el agua ni se mueve, está marea baja, vamos todo a favor.
La grua de Piedra |
Los domingos y festivos, los
lancheros no madrugan y la primera lancha sale a las 9,30. Hemos esperado hasta
esa hora. Como estamos en invierno, el sol no se levanta mucho en el horizonte,
y nos permite hacer preciosas fotos en contraluz, con juegos de luces y sombras
alargadas. Ahí se ven lagunas fotos por debajo del muelle de Calderón, el
gancho de la grúa de Piedra, los pescadores, el cormorán…
Tras llegar a Pedreña comenzamos
a caminar. Hay una pasarela por la que nos metemos. Discurre por debajo del
pueblo de Pedreña, paralela a la carretera. Luego caminos vecinales, hasta llegar
al acceso al Golf. Seguimos gasta la orilla del mar en donde hay construido una
senda pavimentada. Sin problemas de caminar por ella.
Al acabar el golf, sube una pequeña
cuesta y nos encontramos con el camino de servicio de las tuberías del Pantalán
de calatrava. Por él. Teóricamente no se puede pasar, pero nunca dicen nada.
Hay cámaras que controlan todo. Es conveniente ir bien peinado para salir
guapo. Es interesante ver cómo están construidas las tuberías, los apoyos, los lazos o liras que hay construidas
para permitir los movimientos de dilatación propios de las subidas y bajadas de
temperatura, etc.
Debajo del Muelle de Calderón |
Pero todo acaba. Se bordea la portilla
y se entra, por debajo de las tuberías, en
el aparcamiento del cementerio de Gajano. Hay que rodearlo y entrar en
un camino también pavimentado que nos lleva a recorrer toda la orilla del mar
hasta las proximidades de Pedros, pero sin poder llegar hasta esta Isla – península
o lo que sea. Les falta un poco de camino por encimad e un dique y un puente
para llegar hasta allí. Me imagino que problemas de competencias y propiedades públicas
impiden la terminación.
Hemos pasado por dos antiguas canteras
de dolomía ya sin uso. Como hop hay posibilidad de seguir por la costa nos
metemos hacia el interior. Hay que subir la cuesta en dirección a Gajano.
Enseguida a la derecha, pasando junto a una ermita en donde hay una placa de
recuerdo al párroco de allí, ya fallecido, que era primo de familia política y
que fue el que ofició la ceremonia de mi casamiento con reyes en Suances.
Pescando |
Se baja por el camino y se vuelve
a coger otro tramo de camino que hace las veces de senda costera. Acaba rápido
y no hay más remedio que salir a la carretera. Caminar un poco por la acera. La ventaja es que pasas
junto a unos bares que te pueden ayudar soportar la caminata con un café, una
cerveza o un medio. Eso es para gustos, como
los colores.
Al llegar a la entrada de la isla
de Pedrosa, volvemos a salirnos para, un poco más adelante, volver a coger la
entrada a la senda costera. Hay que señalar que durante todo el tramo de esta
senda hay fuentes en las que coger o beber agua y que, al estar muy pegado a la
mar, siempre puedes ver algunas de las aves que en sus proximidades viven.
Estos días o ya que hay veda, pero también he visto mariscadores cogiendo las
famosas almejas de Pedreña.
Con todo este camino llegamos a
carretera de nuevo, a la altura de La Primera del Puerto (primera baliza de alienación
del puerto de Santander). Allí por la carretera cruzamos la ría de Astillero y
nos metemos por la zona del cargadero de Orconera para seguir ahora ya en dirección
a Santander. Hemos pasado el punto más al interior, de la bahía por el que caminamos
hoy.
la lancha varada, el Pantalán de Calatrava, Casas de Camargo y, el fondo y con nieve, a mas de 80 km., el Cornón de Peñasagra y todas las sierras cercanas |
La vuelta es mucho más “urbanita”.
Seguimos ahora por un carril bici – peatonal que ocupa parte de la antigua carretera
y nos metemos, tras bordear el astillero de Astander, en las marismas Blancas.
Podríamos rodearlas, pero se nos hace ya más largo de lo que debemos y seguimos
paralelo a la carretera a cruzar la ría de Boo. Luego seguimos paralelo a la
esta ría, por delante de Equipos Nucleares, por delante de Desguaces Submarinos
hasta Punta Parayas.
Llevamos desde las 10.15
caminamos y son las 13,30. Nos merecemos una cerveza que cae como tonta en el
bar que hay allí instalado. Como hace un día precioso, unos 20 grados en enero,
el abr está lleno. Cuesta conseguir que te sirvan. Pero lo hacemos y nos refrescamos.
Aquí nuestro grupo se ha dividido. Algunos hemos seguido en dirección a Santander.
Otros, se les hacía tarde y así lo tenían previsto, han ido al Aeropuerto en donde han cogido el autobús
que les ha devuelto al punto de origen de la marcha. Hay que señalar que, en
Astillero, hay un tren cada media hora en días laborables y cada hora en días
festivos, con lo que hay transporte público asequible y fácil para volver a Santander.
Los que vamos hacia Santander,
hemos dado la vuelta al aeropuerto, hemos pasado por debajo de la pista en la cabecera
de la misma, entramos en el puerto deportivo de Marina del Cantábrico y
seguimos caminando por la orilla del mar o marisma hasta llegar a la valla del
Puerto de Santander. Esta cortado a cal y canto. Nos enfadamos y pensamos en
pasar por debajo, pero al final decidimos ser un poco más cívicos que los que
han mandado colocar la puerta y seguimos. Nos encontramos con una valla rota
junto al depósito de Butano y nos metemos a la vía de acceso al Puerto de Raos.
Hoy es domingo y no circulan trenes.
Así llegamos a la carretera que
teníamos cortada. Seguimos y nos encontramos con otra portilla que la pasamos
saltando una barrera de seguridad de carretera. Una bionda.
Seguimos así bordeando la valla
del puerto hasta llegar al polígono industrial, en donde seguimos por la orilla
de la carretera hasta llegar a la rotonda de la Marga. Se podría haber caminado
por el interior del polígono, incluso por la calle que existe unto a la valla
del puerto, pero ya estábamos terminando y tratando de llegar.
Ya en la ciudad, el grupo se ha vuelto
a descomponer. Algunos nos hemos ido hacia cuatro caminos y la Albericia y
otros han caminado hasta el palacete del Embarcadero a recoger los coches que
allí tenían aparcados.
Esta es una marcha fácil, sin
pendientes, muy llamativa ya que ves la bahía
con una perspectiva totalmente diferente a la que vemos desde Santander. Si a
ello juntamos la “experiencia” de cruzar la bahía en el barco de los
Pedreñucas, ver aves que siempre anidan y nadan en las zonas de marismas, ver
los yates y veleros de las tres marinas que hemos cruzado – Astillero, Marinad
el Cantábrico, y marina de Raos-, el buen tiempo… Todo ello nos ha proporcionado
una caminata agradable y hasta cansada. La vuelta son las de 22 km. Fáciles.
Que lo disfrutes.
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