CAMINANDO ENTRE TAGLE Y SANTILLANA DEL MAR. 20.03.16

Ruta
Fotos



Para empezar la primavera vamos a caminar con un día nublado, amenazando lluvia y con unos 10-12 grados de temperatura. Siempre hay algo de brisa costera que, caminando no la notas, pero en cuanto paras de hacerlo te quedas heladito.
Acantilados en Punta Ballota




El grupo  ha  llegado sobre las diez de la mañana a Tagle. Hemos llevado un coche a Santillana y cuando hemos vuelto comenzamos a caminar. Los que se han quedado han tenido problemas para encontrar un local abierto en el que tomar el café dela mañana. Tagle no madruga en domingo.
Salimos de la marquesina del autobús en dirección a la costa. Vamos por un  camino ancho y cómodo. Es una pista de las que ha construido la concentración parcelaria ejecutada hace unos años. Al final de la recta, nos desviamos hacia la punta de Ballota. Quería enseñar a los caminantes el acantilado y las vistas en dirección a la Playa de Los Locos de Suances. Hay un mirador que, cuando te acercas al borde, da autentico vértigo.
La playa de Tagle
Volvemos por el mismo camino. Nos metemos por senderos y llegamos hasta la playa de Tagle. Llevamos unos 3 km y el grupo se empieza a disgregar. La marcha es cómoda y fácil y por ello hay muchas paradas para hablar y explicar los argumentos de la conversación.
De Tagle comenzamos a subir por un sendero estrecho, apera una persona. Si te cruzas con otro tienes que salir del sendero. Esta noche pasada ha llovido y está el suelo mojado. El algún lugar patina y te puedes caer. Es preciso tomárselo con cuidado. El bastón aquí se hace prácticamente imprescindible.
Así llegamos a la torre de San Telmo. Parece una torre de vigilancia o defensiva medieval. Alguna opinó que podía ser una torre de vigilancia ballenera. Las ballenas hace unos 200 años cruzaban por el norte de España, el mar Cantábrico, y eran cazadas, o pescadas, por expertos balleneros de costa. Torres como ésta han sido catalogadas de vigilancia de la mar en busca de estos cetáceos.
La ermita de Santa Justa
Encajada en el acantilado y
protegida por la visera de piedra
Desde esta torre se baja a la Playa de santa Justa. Por medio, durante la bajada es obligada la visita a la ermita de esta Santa. Nunca he encontrado la puerta abierta. La imagen de la ermita es muy curiosa y bella. Construida en el acantilado con la techumbre guardada por una visera de roca y con muros de mampostería construidos de cara al empuje de las olas del mar cantábrico. Estos días se observa una zona rota en los muros de cimiento de la esquina más abierta a la mar. Espero que lo arreglen pronto o en dos o tres años nos quedamos sin ermita.
La ruta puede seguir por el acantilado. Hay un sendero de caminar en fila india, húmedo y a media ladera, lo que da un cierto riesgo de caída. Por ese motivo nos metimos por un camino asfaltado que nos llevó hasta Ubiarco. Desde allí por otro camino buscamos de nuevo la costa.
Mirando al Oeste en san Telmo
Pasamos por los terrenos de la antigua Cabaña de Germán, que fue un restaurante desaparecido existente en medio del campo y muy cerca de la costa. Por cierto que el arroyo que bajaba de Ubiarco estaba con aguas bastante sucias. Supongo que de la poca efectividad de la depuradora de aguas residuales de ese pueblo que vimos en nuestro recorrido.
Seguimos caminando hasta llegar a Puerto Calderón. Se trata de una pequeña bahía que tiene muchas historias sobre las que no me atrevo a opinar. Dicen que fue puerto romano. Dicen que los submarinos alemanes se refugiaban aquí en momentos de temporal durante la segunda guerra mundial. También acabo de leer que fue puerto libre en la edad media debido a que los demás puestos naturales no cumplían las distancias de “servidumbre” con los puertos de San Vicente de la Barquera y Santander. Además de ello, la cercanía con una localidad importante medieval como Santillana del Mar.
Sí que es cierto que hay alguna boca mina y que estamos en los mismos materiales sobre los que se ha explotado la mina de Reocín. De aquí se ha extraído algo de mineral de zinc.
Al acabar la vista al puerto Calderón, por los mismo caminos, seguimos, tras una abundante subida, hasta llegar a Arroyo. Un pueblecito perteneciente a Santillana del Mar. El bar estaba abierto. Eran las dos de la tarde y allí nos tomamos unas rabas y sacamos nuestros bocadillos, que fueron digeridos con las correspondientes cervezas y Martini. Es la hora de ello.
Puerto Calderón visto desde su atalaya
Como había dicho, estaba nublado y la temperatura fue buena para estar caminando. Al quedarnos parados y comer algo nos quedamos fríos. Por ello, enseguida comenzamos a caminar de nuevo en dirección a Santillana. Nos faltan unos dos kilómetros que los hicimos por la carretera de acceso a Arroyo y, una vez cruzada la carretera autonómica, por caminos de la localidad de Santillana que nos ha llevado directamente a la Plaza Mayor de Santillana. La plaza de la Torre del Merino, de la torre de D. Borja, del Ayuntamiento del Parador Nacional,…
Aquí termino nuestra marcha, que algunos continuamos haciendo alguna fotografía por las calles de Santillana. Siempre es un placer y un nuevo descubrimiento caminar por este pueblo y sus antiguas piedras.

Que lo disfrutes.

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