El primer túnel por dentro |
Yo creo que esta es la mejor ruta
que yo he hecho en mi vida. Tiene un
conjunto de cosas que la hacen muy atractiva. El paisaje la primera de
ellas. El riesgo que supone su recorrido la segunda, la dureza del recorrido la
tercera. El inmenso manantial que da caudal al rio Urdón y al canal de la
central de Urdón. Podemos seguir.
La ruta la hemos hecho subiendo
por el canal. Hay personas que nos han aconsejado hacerla al revés. No lo tengo
nada claro.
Nuestra salida es de la central
de Urdón. El lugar clásico para subir a Tresviso. Caminamos la por la senda
hasta cruzar el puente que se encuentra detrás de la central. Unos metros más
adelante, hay un camino que sale, en sentido ascendente, un camino, sendero. El nuestro.
Por el murete del canal se Camina. Ayudate de la baranda de cable |
La ventaja de este camino es que,
a lo largo de la subida hasta Tresviso, a nosotros nos llevó seis horas, siempre
está marcado. No es muy utilizado, pero se emplea y ello hace que se conserve
su trazado.
Por esa subida, fuerte, subimos
hasta el canal, unos metros más delante de la cámara de carga. Vamos a ver la
central desde arriba espléndidamente, vamos a ver las primeras curvas de la
senda de Tresviso. Si miramos hacia arriba vemos la tubería desde la cámara de
carga, prácticamente vertical. Hay escaleras adosadas a la misma.
Hacemos curvas en Z, pasamos por
debajo de goterones de aguas filtradas o que se escapan del canal, comprobamos
que este camino es el que usan los servicios de mantenimiento del canal para
los trabajos que le corresponden.
Si tienes vértigo, no vengas |
Así de esta manera llegamos al
canal. No pegamos con el mismo y con una valla de “gallinero” que impide que
nos caigamos. Extrañamente con lo que luego vamos a comprobar por toda la ruta,
la malla está por el lado agua del muro del canal. General está por el lado
aire. Caminamos por ese muro o cajero y llegamos hasta la boca del túnel en
sentido aguas arriba. No encontramos el camino hasta que nos asomamos al
interior del túnel y vemos que tienen una chapa de acero que nos permite cruzar
el túnel por encima del agua. Me da la sensación de que, la empresa dueña del
canal no ha tenido más remedio que asumir que los senderistas van a caminar. Es
preferible facilitarles el paso que impedírselo. Un mínimo de seguridad es esta
chapa, son las barreras de cable que hay en casi todo el canal, son algunos
puentes que hay en el trazado del camino, son cosas que se aprecia que han
asumido y creo que debemos agradecerles.
Maravilloso el lugar, y a la veztemible. Un resbalón no tiene secuencia |
Lo dicho, cruzamos por dentro del
túnel y salimos al exterior a caminar por encima del cajero. Hay algún puente
que cruza el canal. Supongo que para animales. Luego, al bajar por la ladera
opuesta, observo que un poco más arriba del canal, en esa zona, está el collado
de Osina. Usando esos pasos sobre el canal, se puede subir a ese collado y
caminar por la parta superior de la montaña hasta la vaguada de la vacas, por donde
podremos bajar al canal de nuevo. Nos quitamos los riesgos que hemos padecido
en el día de hoy a cambio de perder el placer de las vistas desde media ladera.
Al llegar al siguiente túnel, el
sendero nos marca una subida de pequeña magnitud para evitar cruzarlo. Está
perfectamente marcado. Luego otra vez a caminar por el muro del canal.
Empezamos a estar incómodos por esta situación y, además con comienza a llover
y el piso se pone algo resbaladizo. No mucho, pero si lo justo para coger algo
de miedo. Yo personalmente tengo miedo con los giros y los enganchones. Pienso
que llevo una mochila en la espalda y que el camino es un espacio de 40 cm. De ancho,
con una barandilla. Como haga un giro brusco, la mochila puede chocar con la
misma y tirarme al agua, que está circulando a gran velocidad.
Aunque ha empezado a llover no me
pongo el poncho que llevó para estos casos. Me da miedo que el mismo, que es muy
holgado, se enganche en algún lugar rígido, uno de los postes, cualquier cosa
que me provoque un desequilibrio y me tire al agua. Prefiero seguir caminando
mojándome. Cuando llegue ya me secaré y
me cambiaré de ropa. Para mí fue una media de seguridad.
Volvemos a bajar al canal,
caminamos otro trecho por su cajero y otra vez a salir. Creo recordar que nos
tocó descender unos 100 o 120 m por debajo de la cota del canal. No hay duda ya
que el sendero está marcado. La ladera es vertiginosa. Una pendiente de unos 60
grados. Asusta cualquier patinazo o traspiés que pueda hacer que caigamos
metros y metros.
Pero todo lo que baja sube, y viceversa.
El camino volvió a subir al canal. Otro tiempo caminando por el canal y otro
túnel. Aquí se aprecia que existe una pasarela anclada a la pared de roca.
Tiene pinta de ser antigua y, sin embargo, se la ve sólida. Por criterio de
seguridad, he procurado pasar de uno en uno, para que el peso no sea una circunstancia
que pudiera provocar un accidente. Ya verdad es que asusta.
Sendero a cubierto. Mentira.Cae agua de la roca |
La sensación de inseguridad la he
tenido toda la mañana, caminado por encima del canal, bajando por la ladera,
trepando por ella, circulando por una estrecha pasarela, vamos todo. Es algo
que está asociado al senderismo.
La marcha es así toda la mañana,
subir bajar, caminar por el cajero del canal, comprobar el camino, vigilar que
no patines, trepar con ayuda de las ramas de los árboles y los troncos que te
topas por el camino.
Hay dos o tres dificultades más que
voy a comentar. Nosotros al menos tuvimos problemas. La primera fue encontrar
el camino. En un momento dado, bajamos al canal. Era una pendiente fuerte, un
puente y unas escaleras. Seguimos por canal y de repente, se hace el cajero más
estrecho. Han construido un bordillo sobre el mismo para poder elevar la lámina
de agua. Ahora el ancho es solo el de un pié. Así llega al siguiente túnel. No
hay barandilla y hasta ahora siempre la ha habido. Lo pensamos, nos hemos
equivocado de camino. Muiremos en el GPS
y nos encontraos que toda la traza se vuelve loco. La presencia de
paredes muy verticales hace que las lecturas sean muy erróneas. Las dos rutas
que llevo grabadas marcan que hay que bajarse del canal unos cuantos metros
hacia abajo. Y no lo encontramos. Andamos adelante y atrás y estábamos pensando
en volver cuando vimos el típico huito de piedras amontonadas y una pintura
roja en un tronco de un árbol. Ese el
nuestro camino. Cuando miras al suelo, efectivamente, el sendero está ahí. Y
solo queda seguirlo. Baja vertiginosamente. Baja y baja lo cual asusta ya que luego
hay que volver a subirlo.
Uno de los pasos, sendero estrecho, descendiendo |
La segunda dificultad fue cruzar
una zona ancha de bajada de agua. Está muy resbaladizo. Parece que hay
agarraderos, pero menos de lo que realmente es. Nosotros buscamos a cota
inferior un cruce más estrecho para minimizar el riesgo de patinazo y caída. A pesar
de todo tuvimos que cruzar esa zona a cuatro patas.
La tercera dificultad ya es genérica
y no puntual. El sendero es estrecho, en general resbaladizo. Hay que ir siempre
con mucha seguridad, agarrándote a lo que puedas: el cable en el canal, ramas
de árboles, troncos, lo que puedas.
Hay que bajar el canal al menos 3
veces y otras dos pasar por encima de él. El GPS se vuelve loco y no recoge
bien la señal del satélite, con lo cual las coordenadas no son fiables al 100%.
Esa es una dificultad. La ventaja es que el sendero es único y está muy pisado.
A veces cuesta encontrarlo, pero está SIEMPRE, no lo dudes.
Con esta forma de actuar seguimos
y seguimos hasta llegar al nacimiento del rio y del canal. Se trata de una
cueva por donde mana todo el agua que se ve en el canal (hemos estimado mas de
3 m3/SEG) y encima rebosa otro tanto. Al inicio del canal hay una compuerta que
regula la entrada de agua en el mismo. Si entra más, rebosará en muchos lugres
de forma incontrolada y puede provocar erosiones que no son convenientes. El
vertido de las aguas es espectacular, un labio fijo horizontal de más de 15 m.
de largo, con caida resbalando sobre la roca, todo el agua emulsionada con
el aire, blanca, enorme, ruidosa, …
La senda de Tersviso, vista desde el Canal, enfrente. |
Esta vez no hemos entrado en el manantial,
En otra ocasión me acerque a la surgencias, pero es todo negro cual boca de
lobo. Allí no se distingue nada de nada. No hemos hecho el esfuerzo de saltar
una valla para colarnos en donde nada hay que ver.
En este punto, ya se ha acabado
el miedo y los riesgos de grandes caídas. Nos cambiamos a la ladera de enfrente
y comenzamos la subida a Tresviso. Nos queda subir desde aproximadamente la
cota 430 a la cota 930. 500 m en menos de 4 km. Seguir el sendero, siempre ascendente.
Como el GPS está despistado en el campo no se las distancias y las cotas
reales, pero estimo haber subido más de 1000 m. al llegar al nacimiento del rio
Urdón. Estos 500 han sido mortales de necesidad. Ya en un prado he tenido la
necesidad de parar para dejar relajar los músculos de las piernas. Los
calambres eran muy dolorosos y me impedían andar.- Este ha sido el sino del
resto del día.
La subida es un por un estrecho
sendero, A veces roca, a veces prado. Pasas por una cabaña derruida y llegas a
un camino ancho, para carros. Lo cruzas y llegas al mismo camino más arriba en
una zona hormigonada. Estamos cerca de Tresviso y zona habitada. Es necesario
este hormigón para evitar los patinazos de vehículos todo terreno en esta zona
de muy fuerte pendiente.
Puente de acceso al manantial. Esa sombra a la derecha del puente. |
Enseguida llegas a la carretera
de acceso a Tresviso y a las primeras casas. Comienza el descenso. Ya hemos
subido todo. El sufrimiento mayor ya ha acabado Llevamos 6 horas caminando, prácticamente
sin parar. Sólo nos hemos cruzado con dos personas en el camino, iban en dirección
contraria, con intención de salir por Bejes. También tienen una muy buena
subida.
Espectacular vertido de las aguas en el inicio del canal hacia el río Urdón |
En este pueblo, el bar es la
parada obligada. Hemos parado a recomponer fuerzas. Nos ha llovido un rato largo
estábamos todavía algo mojados y nos hemos quedado en la calle, a tomar el
ligero sol que sale. Allí hemos comido nuestro bocadillo y una ración de queso picón
de Tresviso, junto con las consabidas cervezas con limón. Cuanto hay que esforzarse
para poder disfrutar de estos ratos, estos manjares y estas bebidas.
Ya con el cuerpo más sereno,
volvemos a cargar las mochilas y echamos a caminar hacia Urdón, por la ruta
clásica. No tiene más dificultad que descender por ella durante hora y medio o
dos horas.
Desde la ladera de enfrente se observa el Canal y el sendero por debajo él por donde hemos caminado |
Al llegar abajo y subir la
pequeña rampa del puente de arco, los calambres volvieron a aparecer. Es increíble,
un cambio de descender a ascender sólo 2
m de alto fue suficiente para que los músculos de mis piernas se quejaran y
dolieran, mucho.
Así con estas llegamos al coche,
aparcado junto a la carretera de Potes. Cambio de ropa, cambio de botas, relajamiento
de músculos, bueno todas esas cosas.
Solemnemente recordarte que esta
es una ruta complicada, difícil, no apta para gente que padezca vértigo. Tiene
mucho peligro de caídas de gran desnivel. NO TE METAS EN ELLA SI NO ESTAS
DEBIDAMENTE PREPARADO FÍSICA Y MENTALMENTE.
De veras, que lo disfrutes.
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