LAS CRESTAS DEL CIRCO DE BRAÑAVIEJA 10.07.16



Magnifica marcha la del día de hoy. También muy cansada. Hemos caminado algo más de 16 km y ascendido casi 1.100 m en desnivel acumulado. Eso me dice Wikiloc.
Desde el Cueto de la Horcada miramos hacia Reinosa.
Se observa le Embalse del Ebro
Hemos llegado al aparcamiento de la estación invernal de Alto Campo. No hubo problema. Todo para nosotros. Nos hemos metido monte arriba entre  el centro de remontes y las primeras edificaciones. Estábamos buscando subir a la carretera de la Fuente del Chivo. Hemos ascendido como hemos podido. Hay algún escajo y mucho brezo y rodeando a todas esas matas hemos llegado a la carretera. Un primer tramo de calentamiento con mucha pendiente. Corto.
Bajamos un  poco por la carretera en dirección al poblado de Brañavieja. Allí, un poco antes de la subestación eléctrica hay un antiguo camino que se utilizaba como camino de servicio para los remontes que hace años estuvieron en esta ladera.
Hemos subido hasta la sierra del cordel por este camino. Estaba perfectamente marcado y un aventurado con un vehículo todo terreno, hoy día, todavía podría subir. El pasado invierno, con una de las nevadas, hemos subido por el mismo lugar y al mismo pico, con raquetas. También una paliza que nos dimos por la mañana aquel día.
La sierra del Cordel
Hemos coronado el primer pico, parece que se llama Cueto de la Horcada (2.111). Allí fotos y video. Ya que hemos subido hay que dejar constancia. Tengo fotos del día que subí con nieve. Bajamos un poco y comenzamos a recorrer la cresta o “cordel”. Se llama Sierra del Cordel, que no sé de qué viene ese nombre.
Subimos otra pequeña cima. Sin nombre. El camino está sensiblemente marcado con un sendero en el suelo. En algún  momento cruzamos un roquedal y, generalmente, se aprecia el camino en su salida. De todas maneras, tratas de siempre de acercarte a la cresta y se ve bien como caminar.  Este caminar es lento. Estamos andando a media ladera, hay rocas y piedras sueltas, una caída hacia Sejos es de más de 200 m y no hay prisa. Paramos mucho a ver y a hacer fotos.
Tenemos un paso difícil. El camino ha cruzado a la vertiente de Sejos y rodeamos una pequeña cumbre por un paso al que han puesto una cuerda a la que agarras por mantener un contacto con un punto de apoyo más. Sin más detalles. En caso de no haber cuerda, hubiésemos pasado igual, sin embargo, se agradece.
Con este caminar llegamos al Pico Bóveda (2.067). Llevamos ya unos 7 kilómetros y bastante esfuerzo en las piernas. Parte del grupo se siente mal y decide, por la vaguada entre este pico y el Cornón,  descender hasta al estación invernal y no acabar el recorrido. Nos han dicho después que han tenido una extraña sensación al caminar por las pistas por donde en invierno descienden con esquíes.
Telesilla del Tresmares
Los dos que quedamos hemos seguido hasta llegar al Cornón de Brañavieja (2.125) y desde allí hemos descendido con toda comodidad al collado de la Fuente del Chivo. Ni siquiera hemos parado. Seguimos hacia el pico Tres Mares. Es camino es por una de las pistas de Ski que está balizada como tal. Llegamos al remonte: fuente de El Chivo. Seguimos hasta el siguiente remonte: Tresmares. Sin parar seguimos subiendo hasta el Pico Tres Mares, pasando por un picacho previo al mismo. Aquí ya ha habido parada y algo de comer. Son las dos y media y desde las 7 de la mañana, hora que hemos desayunado,  llevamos solo un poco de fruta y dos galletas. Poco más o menos lo que hemos comido ahora. Sin embargo, la parada, sentarse, hacer fotos y video, se agradecen.
Vista general de la estaciín invernal
desde el pico Tresmares
El nombre de pico Tresmares es curioso, Una gota de agua que caiga en la cima, se divide en tres. Una parte va al mar Cantábrico a través del río Nansa. Otra parte va al Mediterráneo a través del río Hijar, que es afluente del Ebro. La última de las partes caería hacia el Pisuerga, que es afluente del  Duero y desaguará en el Océano Atlántico. Los tres mares: Cantábrico, Mediterráneo y Atlántico.
Está en pendiente. Peña Labra desde Tresmares
Tras descansar un poco en Pico Tresmares y comer algo de fruta, como ya hemos dicho, seguimos nuestra caminata. Bajamos bastante ya que la cresta, en esta zona, es un  corte en vertical de unos 100 m. Tenemos que rodear ese corte y bajar bastante, en dirección a la estación invernal. En el GPS tenemos grabado un sendero a media ladera, complicadillo y más que estrecho. Tenemos que cogerlo mientras bajamos por un corte en la roca. Se hace con un poco de riesgo bastante asumible. No ha sido necesario agarrarse a nada.
Desde ese sendero llegamos a la pista de bajada en ski del telesilla de los Asnos. Por ella subimos hasta el remonte. Curiosamente, el terminal del mismo está en Palencia. Hemos salido de Cantabria. Durante la bajada y, sobre todo durante la subida, las piernas han comenzado a quejarse y aparecen los calambres. Tengo que parar en el remonte a recuperar fuerzas. Un cuarto de hora que vino bien.
Ya solo nos queda la subida hasta el cuchillón. Es la ultima de las cimas que tenemos hoy, a la cota 2.169. Tenemos que entrar por la parte de atrás, por la parte de Palencia, Por allí discurre el sendero. En un momento ascendemos en dirección a la cumbre y cruzamos a la cresta. Hay otro sendero que sigue bordeando al Pico Cuchillón y baja por otro lugar. Nosotros queremos subir a la cima. A ella llegamos con cuidado para que no vuelvan a aparecer los temidos calambres. Cada paso, cada escalón es un triunfo buscar la posición para que no suponga un tirón.
Entre Los Asnos y el Cuchillón.
Esto es Palencia
Poco a poco, sin prisa ni pausa, conseguimos llegar a la cumbre. Desde el remonte de los Asnos no hemos encontrado más remontes. Si hemos visto, casi en la cumbre, cimentaciones antiguas y ahora sin postes ni cables ni nada. Abandonado.
En la cumbre hay una pequeña cruz, junto a la cual nos hacemos una foto. Hay que decir que hemos estado aquí y a bajar y volver. Al fondo, unos 600 m en cota más abajo vemos el coche que nos espera, el sólo, en la explanada del aparcamiento de la estación invernal en el que caben más de 2.000 coches. El sólo y aburrido. La ventaja que tenemos es que sabemos perfectamente a donde tenemos que ir.
En el Pico Cuchillón. Se aprecia la cruz entre mis piernas
Nos tiramos a plomo hacia abajo, sin seguir ningún sendero. De vez en cuando encontramos pilas de piedras que nos marcan un lugar por donde ir. Yo, para tratar de evitar calambres, voy caminando haciendo eses, para disminuir un poco la pendiente. Lo mismo que cuando subes. Vamos pisando muchas lastras, ya que el buzamiento coincide con la pendiente de la ladera, mucho brezo de poca altura que se pisa bien, alguna piedra suelta,… nada que en el fondo no se pueda pasar sin excesiva dificultad.
Así, con cuidado llegamos a la parte superior del actual remonte del Cuchillón. Para llegar a él bordeamos una peña que hay antes, sin mucha historia. El último descenso lo hacemos por una pista que es la que actualmente utilizan para el mantenimiento de la instalación.
Así sin más, llegamos al aparcamiento. Junto a las casas de alquileres y el albergue que hay allí vimos un cunetón por el que está bajando agua. Con ella refrescamos nuestros agotados pies. Casi no podía doblarme para soltar los cordones de las botas y fue un triunfo quitarme los calcetines. Al articular la rodilla, los calambres surgieron  por todos los músculos de la pierna: bíceps, tríceps, cuádriceps, gemelos, extensores, ya no se ni los que hay. Creo que hasta el glúteo y los abductores y los dorsales y….
Bueno al final una buena caminata de más de 16 km con la que he disfrutado mucho. Espero que tú también lo hagas.


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