Teníamos o queríamos, no sé,
hacer el camino lebaniego entre Santander y el Monasterio de Santo Toribio de
Liébana. Lo hicimos, entre el miércoles 24 y el sábado 27 de agosto del año
2.016. Así en cuatro días, sin parar a
una media de más de 30 km al día.
ETAPA 4. LAFUENTE – POTES SANTO TORIBIO. 26.08.16
Ya es la última. Hoy pensamos en
llegar a nuestra meta. Nuestro buen hospitalero nos ha dejado preparado el
Desayuno, Él tenía que salir pronto. Un bol con cereales, leche de soja y
frutas. Nutritivo, a la vez que ligero,
y necesario para la mañana de caminata.
La canal de Cicera |
Salimos y buscamos un camino
hormigonado, con mucha pendiente, que nos ha llevado a la carretera del Collado
de Hoz. Primer tramo fácil aunque con fuerte pendiente, Al llegar a la
carretera, otra vez asfaltada. Unos pocos metros antes de la cumbre nos
desviamos hacia la izquierda y bajamos por una pista – sendero, balizado con
los anagramas del Camino Lebaniego, en dirección a Cicera. Es por medio del
campo, con zonas de bosque, zonas abiertas, de todo. Hay un paso que, si llueve
mucho, no cruzas ya que es un vado hormigonado para el cruce del arroyo.
Nosotros cruzamos en seco. Así llegamos a Cicera y nos acercamos al Albergue,
que estaba vacío.
Nuestro Hospitalero de Lafuente
nos ha propuesta subir por la llamada Canal de los Francos y pensábamos preguntar
en el albergue. No había nadie. En la casa de al lado vimos un señor con bici
de montaña. Este sabrá. Él no sabía, pero si el abuelo que vive en el pueblo.
Nos señaló que bajásemos abajado del pueblo, cruzásemos por el puente y allí
comienza el camino. Eso hicimos. Bajamos y encontramos el camino. El primer
tramo es el mismo que el camino que sube desde del desfiladero por la garganta
del río Cicera. Va metido en el bosque y está perfectamente limpio y cuidado a
la vez que está marcado con las señales del Camino Lebaniego. Lo hemos
encontrado y por el seguimos.
Camino señalizado |
En un lugar, se desvió de la garganta
y nos mete hacia arriba. Comenzamos una
fuerte ascensión por la ladera de la montaña en dirección a Lebeña. Subimos por
un sendero angosto, empinado, peligroso
en caso de que estuviese mojado. No fue nuestro caso. Hay muchas pequeñas “Z”
en su trazado y sube y sube, con algún tramo algo más delicado. No es para llevar
por ahí un grupo grande.
La canal de los francos |
La ventaja de este sendero es que
acorta 2 km sobre el camino oficial, sube al menos 100 m menos y va siempre a
la sombra. Otra ventaja es que está señalizado. En muchos casos con mojones e
hitos del propio Camino Lebaniego.
Al llegar arriba de la canal de
los Francos, desembocamos una pista ya perteneciente a Lebeña, por donde, con
una pendiente infernal y un largo descenso bajamos a Lebeña. Llegamos casi una
hora más que el tiempo que habíamos previsto en bajar. Nos estaban espesando ya
aburridos.
Nos buscamos la vida y, en aras a
acortar y reducir la trayectoria, no pasamos por la Iglesia de Lebeña. Iba e estar
cerrada y la fachada y el tejo ya son de sobra conocidos.
Llenamos nuestras cantimploras de
agua en una fuente del pueblo y seguimos hacia abajo. En la carreta nos encontramos
con nuestro coche de apoyo. Hoy nos apoyó cargando las mochilas, que ya hacía
daño ya.
Por el desfiladero |
El camino hace una ruta subiendo
a Cabañes. No estábamos dispuestos a subir unos 300 m de desnivel a las 12 del mediodía
y caminar 3 ó 4 km más. No está en nuestro interés. Había una ruta, el camino
real, que iba desde Lebeña a Cillorigo de Liébana a media ladera. Nuestro hospitalero
de Lafuente nos ha dicho que tiene algún tramo aéreo y que para alguien por
vértigo puede ser delicado. Como mi socio lo tiene, hemos decidido tirar por el
camino del medio, Ya sin peso y con ropa fosforescente nos hemos tirado al
borde de la carretera del desfiladero y hemos subido por ella hasta salir del
mismo en Cillorigo.
ermita de San Francisco, en el borde del camino |
Es un tramo delicado, pero
caminando por el borde, asomándote a las curvas para que los coches que bajan
te vean bien, hemos cruzado sin mucho problema los dos kilómetros del
desfiladero.
Pero nos falta lo peor. Al llegar
a Cillorigo, cruzamos por un puente en dirección a Castro y caminamos por la pista existente al otro
lado del río en dirección a Potes. Son unos 8 km con ligera pendiente
ascendente y sin sombra. Calor, mucho calor. Hoy daban una previsión de 34 grados
en Liébana y los hemos cogido todos entre las 12 y las 2 de la tarde. Se pasa
por la depuradora, se pasa por la carretera de Colio, se pasa por prados, se
pasa…. Hasta que todo pasa y llegas al Instituto de Potes, cruzas el río Deva y
llegas directamente al Bodegón en donde los aquarius y las cervezas con limón
entraron de lleno a sofocar la tremenda sed y reponer los muchos electrolitos
que habíamos perdido durante la caminata entre las 8 de la mañana y las 2 de la
tarde.
Aprovechas para descansar y
reponer fuerzas. El cocido lebaniego potente fue deglutido perfectamente.
Algunos comimos algo más ligero pero también potente.
Plaza de Potes |
Nos queda un trámite que
estábamos dispuestos a terminar. Tenemos los pies llagados y con ampollas.
Tenemos las piernas doloridas de 4 días de caminar, pero no nos vamos a quedar
ahí sin hacer nuestra labor. Despues de comer, comenzamos a caminar en
dirección a Santo Toribio. Cruzamos todo el pueblo, buscando la sombra y
salimos hacia el ferial y más adelante el dirección a Fuente De. Llegamos al
cruce del monasterio y por el borde la carretera nos metemos en dirección al
mismo, Hay previsión de construir una acera pero aún no hay nada y cambiamos
por el arcén. Al menos dispone de este espacio (en Panamá le llaman hombro, costumbres).
Al llegar al camping el camino está señalizado por un sendero. Lo que se hace
es salir unos 300 m de la carretera. Luego te vuelves a incorporar en la misma.
Así llegamos al monasterio. Cansados y con ganas de entrar. La puerta del
perdón está cerrada. No es año Jubilar. Sin embargo hay mucha gente, está abierto,
y entramos a disfrutar de la sombra y la excelente temperatura interior.
Hemos llegado |
Somos católicos pero no grandes
devotos. Respetamos el recogimiento interior de cada uno y contemplamos todo lo
que está a nuestra vista. Nos hacemos alguna foto para rememorar nuestro éxito.
Hemos llegado, despues de cuatro días, 116 km, más de 3000 m de desnivel
acumulado, mucho sudor, litros de bebida y unas ampollas que nos van a durar
toda la semana. Pero HEMOS LLEGADO.
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