RUTA
FOTOS
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Esta es una ruta fácil para hacer
en una mañana, a ser posible en otoño. Te recomiendo que sea un día soleado ya
que el ambiente dentro del bosque es infinitamente mejor.
Cauce del río Pas seco. |
Hemos pasado por los manantiales
de agua de Santander, que se sitúan en San Martín de Toranzo. Hemos visto como
el agua sale del terreno en uno de los recintos. Desde allí nos hemos ido a San
Martín de Toranzo y aparcado los coches en una zona a propósito detrás del
parque de cajigas que allí tiene el pueblo.
Mientras subimos, contemplamos el Valle de Toranzo |
La primer parte de la ruta se hace
por encima de un caballón de tierra que defiende de las inundaciones del Pas a
los prados y pueblos cercanos. Han asfaltado el mismo, para que sea un carril
bici, y se camina muy cómodamente sobre
él. Hemos comprobado como el río Pas baja seco. El agua circula filtrada por
debajo de los cantos rodados. Es así porque, aguas arriba del lugar en donde
baja seco, hemos visto el cauce con agua corriente. Es más, seguro que alguna
de las aguas que se recogen en los manantiales de Santander procede de aguas
filtradas del Pas.
Una de las extraordinarias cajigas que hemos visto en el camino |
Al acercarnos al pueblo de Vejorís,
nos salimos por un camino y llegamos al pueblo. Lo cruzamos y nos aceramos a la
Iglesia, en la parte trasera. Comenzamos la ascensión. Más o menos un kilómetro
de pista hormigonada, con lo cual podemos imaginar que la pendiente es fuerte.
Hay tramos por encima del 20%. Con alegría lo soportamos.
En esos primeros tamos hay prados,
fincas cerradas, … Según vamos avanzando, se acaba el hormigón del suelo y
salen las piedras sueltas y, enseguida comienza el bosque. Castaños, hayas,
algunos de gran porte y tamaño. El sol comienza a filtrarse a través de las
hojas. A pesar de estar a finales de octubre, aún no hay una clara caída de la
hoja. El bosque está aún verde. No han aparecido los colores ocres y rojos que
tanto nos gustan.
La pista sigue ascendiendo, poco
a poco, con menor pendiente. Sólo hay que seguirla. Hay algunos postes y
punturas que señalizan la dirección por la que seguir. Ponen otros nombres diferentes
de los de Cotero Lobos, pero no hay mayores dudas.
El sendero de bajada, metido dentro del bosque de hayas, cajigas, castaños, acebos, ... |
La pendiente se soporta si vas
con ganas de caminar y disfrutar de ello. Así llegamos a un punto alto en donde
vemos un cartel que señaliza un sendero a la izquierda con el rótulo de San Martin
de Toranzo. Justo enfrente tienes dos cajigas enormes, aún vivos.
Desde allí nos metemos por el
sendero que desciende a través del bosque en forma de sendero. Caminar en fila
india – así lo decíamos de niños.
Este sendero tiene los primeros
tramos muy fáciles, terrosos, algo de humedad que te puede manchar las botas, algún
barro con el que tienes que tener cuidado. Hay tramos en los que la pendiente e
bajada es vertiginosa. Algunas de las personas del grupo prefirieron incluso
sentarse en el suelo y descender de esta manera. No es necesario destripar,
pero … También señalo que no es peligroso desde ningún punto de vista. Nosotros
fuimos con niños de 7 a 10 años que pasaron con mayor facilidad que los
mayores.
Tras cruzar el bosque salimos a
una pista ya asfaltada que nos llevó a San Martín de Toranzo. Cruzamos el pueblo
y fuimos a recoger los coches. Dado que ya eran casi las 3 de la tarde, aprovechamos
que el bosque de cajigas en el que hemos dejado los coches, hay instaladas barbacoas
y bancos de madera. Aprovechamos para descansar y comer algo.
El café hubo que ir a buscarlo en
otro lugar ya que en el pueblo no hay ningún bar.
Que lo disfrutes.
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