LOS ÁRBOLES SINGULARES DE MONTE AA. 26.11.16

Ruta
El otoño en nuestros hayedos es algo digno de contemplar. Procuro todos los fines de semana de esta época del año escaparme a recorrer algunos lugares en los que los colores rojos, ocres y marrones relucen, sobre todo si hay sol. Hoy nos faltó eso, precisamente el sol. No hizo frío ni llovió. Eso fue lo mejor.

Haya en su momento mas bello
La fruta es muy fácil. Se sale de Ruente. Una vez cruzado el pueblo en dirección hacia Saja, hay un camino, en principio asfaltado, hacia la derecha de la carretera. Te puedes meter por él, un kilómetro más o menos. Hasta que se acaba el asfalto. Luego el camino es de tierra y piedra. Hay coches que circulan por él, pero al monte vamos a caminar. Nos hemos cruzado con varios cazadores que iban a lo suyo. Hoy nos decían que iban a la sorda. Arriba de la marcha nos encontramos con uno que nos mostró un ave que habían cazado.
Otoño dentro del bosque
Justo cuando acaba el asfalto cruzas un puente y allí hay espacio para poder aparcar sin problemas. A partir de aquí, por ese camino que sube de manera constante con poca pendiente llegamos a la entrada del sendero de los árboles singulares. Hay que hacer algunas reseñas. No te pierdas todo lo que ves por el camino. Hay árboles llamativos por todo el camino, Hay vegetación impresionante por todo el camino. Vete en silencio, Puede aparecerte algún jabalí o algún venado. Todo es posible. Vas a cruzar varios puentes. En un cruce hay que tomar hacia la derecha. Está todo bastante señalizado y no tienes pérdida.
"El abuelo" asomó por detrás de otro
árbol enorme
En una curva de 180 grados, aparece un cartel grande y es la entrada al sendero, dentro del bosque, que nos lleva a los verdaderos árboles singulares por su enorme tamaño y diámetro de tronco. Hay varios nombres: el cubilón, el abuelo, el belén,… Nos da lo mismo. Nos encanta el bosque.
El sendero por aquí está bastante perdido, sobre todo si vas en otoño. Las hojas caídas tapan todo vestigio de pisada. Hay algún poste por ahí perdido y llegas de si eres capaz de revolver lo suficiente. Disfruta de agacharte por debajo de las ramas, a la sombra, mira a tu alrededor, contempla y busca los árboles que tapan el bosque. Si sigues mi ruta, sigue la de vuelta ya que en la de ida me perdí un poco. Tampoco tiene pérdida. Siempre caminar a media ladera. Vas a caminar unos 500 m por dentro del bosque, pisando directamente la tierra. Acércate a la naturaleza.
el grupo dentro del "belén"
Cuando hemos acabado de ver y contemplar los árboles hemos salido hasta el punto de entrada en el sendero. Otra vez la pista. Seguimos caminando por ella en dirección ascendente hasta llegar al collado de Monte Aa. Si seguimos por el un poco más llegamos a vislumbrar Carmona y podemos bajar hasta este pueblo.
Jesús junto a "El Abuelo"
Desde el collado nos apareció el Cornón de Peñasagra y toda su sierra. Nevada. Estaba espectacular. Hay alguna foto que lo atestigua. Un poco más de aire nos hubiese dejado la atmósfera más limpia, pero,… es lo que hay.
EL descenso es por la otra margen del arroyo de Monta Aa. Al principio un poco de vegetación, pinos fundamentalmente. Luego nadie. Luego nada. El valle verde y la ladera de enfrente, la que cae de la sierra del Escudo de Cabuérniga. Allí, entre toda la masa de bosque, están nuestros árboles singulares que no destacan por altura, por lo que no se aprecian.
El cronón de Peñasagra nevado
Descendemos, quizás ya un  poco hartos de tanto descender, hasta llegar al cruce del principio y recorrer los últimos metros hasta llegar al coche.
Nosotros hicimos la caminata en una mañana. Llegamos antes de las 9 y acabamos sobre las 13,30. Quizá un poco rápido. El camino es cómodo y, aunque se sube un interesante desnivel, al hacerlo con una pendiente baja, 6 – 8 % se hace bastante fácil el camino.

Que lo disfrutes.

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