RUTA
FOTOS
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Hoy nos hemos sentido con ganas
de hacer un “desplazamiento largo”. Nos hemos ido desde Santander a Colunga,
unos 140 kilómetros fáciles por autovía. En poco más de una hora estábamos en
la playa de la Griega. Allí hemos aparcado el coche y comenzado a caminar.
Pilares de hórreo |
Nuestra ruta tiene la intención de
ir y volver por diferente camino. Lo auténticamente espectacular está en la
costa. Sin embargo, nos hemos metido por el interior. Hay una montaña que
separa la costa de Colunga. Nos hemos metido por caminos rurales, pistas y
caminos de mies, en dirección a San Juan de Duz. Desde ese pueblo a Güerres.
Dos pueblines, totalmente rurales. Prados y en los pueblos ganaderos hacendosos
de sus trabajos. Lo que más nos ha
llamado la atención es la profusión de hórreos.
Como hace un día claro y bello.
Alguna niebla en el horizonte y por debajo de las laderas de la sierra del
Sueve. Nos vamos acercando a la playa de La Isla. Se empiezan a ver buenas
casas veraniegas, con grandes y amplias fincas, muy cuidadas. En la isla
llegamos hasta la playa. Son las 11 de la mañana. Estamos en invierno. El sol
no se levanta mucho en el horizonte y nos da a contraluz y nos permite hacer
bonitas fotos de la playa, con sombras y reflejos amplios.
Hórreo en La Isla |
Seguimos con los nuestro y
buscamos la vuelta por la costa. Enseguida, bordeando una casa y siguiendo los mojones
del deslinde marítimo, encontramos un sendero que nos lleva por encima de los
acantilados. Lo primero con lo que nos encontramos es con unas excavaciones que
dicen que fueron trincheras defensivas de costa de la época de nuestra guerra
civil. Nos lo creemos.
La Playa de la Isla |
Seguimos caminando. Nos metemos
por caminos y buscamos la costa. En lugar hay que saltar una tapia de piedra. Tiene
ya construida con piedra escalones para poder cruzar con comodidad.
Seguimos bordeando todos los
entrantes y salientes de la costa. Vemos algunas casas que antes hemos visto
por la parte sur, ahora vemos la norte. El sendero nos lleva por los acantilados
a salir a un camino por el que cabe poco más que un carro. Como lleva nuestra dirección
lo pisamos y seguimos. La montaña que hemos citado antes la vemos enfrente y,
por ese camino, la ascendemos, Un desnivel
de 100 m. aproximadamente, pero con una pendiente infernal, de las que
hay que agarrarse los tobillos. Está con mal firme, pero se sube, poco a poco,
sin prisas pero sin pausas.
Lo bueno es que subes y bajas por
dentro de un eucaliptal y hay sombra. Aunque estemos en invierno la temperatura
es buena y se suda. Al llegar arriba, un poco de camino con poca pendiente y volver
a bajar, con gran fuerza. Agarrándose de nuevo los tobillos para no caerse. El bastón
ahora es muy interesante su uso.
Recorriendo los acantilados |
Al bajar vemos un cartel que nos
dirige a un mirador sobre el acantilado de la costa. Hay una mirada excelente hacia
el oeste, hacia la localidad de Lastres. Para salir del mirador hay que subir
otro poco por el mismo camino y volvemos a bajar por la ruta que llevábamos. Lo
cosa comienza a ponerse más civilizada. Hay unas escaleras de madera, con
mirador, con barandillas con todo que nos lleva a la playa, justo encima de las
huellas en la estratificación de los dinosaurios.
Se trata de un par de huella de gran tamaño, unos 50-60 cm de diámetro que los geólogos han interpretado como huellas de dinosaurio. Debió ser un bicho enorme según las huellas eran de ese tamaño. Nosotros nos lo creemos.
Puedes salir de la zona por el mismo camino que traes, debajo del bosque. Nosotros cogimos el camino fácil y volvemos por la arena de la playa. Si estás en verano me imagino que será mejor por el camino, a la sombra y por no hacer el ridículo con la pista de senderistas ante los bañistas.
Las huellas de dino |
Tranquilamente nos acercamos hasta el lugar en donde hemos dejado el coche, en el aparcamiento de la playa. Cruzamos el río Liberdón, que baja desde Colunga por un puente, el mismo que hemos usado al iniciar nuestra marcha.
Que lo disfrutes.
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