Sendero de subida por en interior de un encinar enano |
Pico San Vicente, visto por la mañana desde Ramales |
Nos hemos acercado a Ramales de
la Victoria por subir al pico de San Vicente. Desde esta localidad miras hacia
el sur, en dirección a Soba. El pico que ves a la derecha es el Pico San
Vicente. Una pare que está pidiendo ser escalada. La subida senderista es por
la ladera sur del Pico. Una forma de subir más cómoda es desde Manzaneda. Allí
llegas en coche y te quitas unos cuantos metros de desnivel de subida. Puedes
llegar en coche hasta la casa en donde comienza la ascensión propiamente dicha
y sales de la cota 485 hasta la cota 915. Nosotros hemos subido desde el Salto
del Oso, la cota 85. Nos hemos Metido
400 m más de desnivel.
Hemos salido de la zona del Salto
del Oso. Es una antigua central eléctrica que cogía aguas del río Gándara, como
si de un molino de tratase. Aprovecha un pequeño desnivel para generar energía eléctrica.
Hay poco aparcamiento pero nos hemos arreglado.
Comienza el sendero de subida por
el camino que lleva a Manzaneda e
Incedo. Es una subida fácil pero costosa. Hay tramos de gran pendiente. Es un
encinar de muy poco porte que te lleva siempre en sombra hasta las proximidades
de Manzaneda.
Por el camino vas a ver dos
cuevas que te puedes asomar a verlas. No enseñan gran cosa, pero son
llamativas. Ambas pueden servir de abrigo en caso de necesidad.
En la boca de la cueva |
Dentro de una cueva |
De esta manera llegamos a un
conjunto de casas desde donde se sube al Pico San Vicente. En principio suave,
cada vez un poco más de pendiente y al final trepar. No hay un sendero
propiamente dicho, pero está marcado con pintas y con hitos de piedra. Si los
sigues llegas perfectamente a la cima.
Pico san Vicente visto desde Manzaneda. Nos faltan 500 m. |
La subida es muy dura. Empiezas ayudándome
con los bastones, pero al llegar al lapiaz los tienes que dejar ya que no te
sirven. Te provocan más más molestia que ayuda. Es el momento de colocarse los guantes
ya empezaras a apoyarte con las manos para trepar. No mucho pero si lo justo.
El lapiaz es de calizas cortantes y apioladas, con lo que el aguante te viene
bien. Como nota te indicaré que llevaba puestas unas polainas con un alambre
por debajo de la suela de la bota. La pisada y las rocas cortaron el alambre.
Desde arriba las vistas
panorámicas son bastantes. Se llega a ver perfectamente la Capital de la
Región, Santander, se ve perfectamente Santoña y el Monte Buciero, el monte
Candina, la zona de los aerogeneradores del sur de Soba, el Picón del Fraile,….
Estos picos estaban nevados y llamaban poderosamente la atención. Por el suelo
se observan los valles de Arredondo, de Ramales y, sobre todo al sur el valle
de Soba.
Original sistema para conseguir agua para bebida de los animales |
Tras reponer un poco las fuerzas,
nos damos la vuelta por el mismo camino de subida. Yo pensaba que se iba a dar
peor el descenso, pero fue bastante asequible. Había que ayudarse algo con las manos,
pero nada excepcional. He estado en descensos peores.
Tomamos la decisión de no bajar
hasta el camino y cruzar a media ladera en dirección oeste. GRAN ERROR. Nos
metemos por medio del lapiaz durante un par de kilómetros más o menos, encima
ascendiendo y descendiendo. Nuestras piernas ya están bastante doloridas del esfuerzo
de la subida al Pico San Vicente y ahora les hemos metido ese tramo. Hemos
bajado hasta la cota 660 o para volver a subir a la 815, buscando un paso y tratando
evitar un bosquete cerrado de encinas que veíamos debajo. Nos ha costado mucho.
El Buciero y Santoña |
Nos tiramos en picado hacia un prado
en el que se veían vacas y caballos y desde él, pasando por senderos fáciles
entre escajos hemos llegado al camino principal. Es el camino entre Rozas de
Soba y Asón. Al menos así pone en el plano que llevo grabado en GPS.
Ese camino esta pavimentado, que
no asfaltado y os lleva hasta cruzarnos con el GR74, el corredor oriental de
Cantabria que, según la federación, vas desde Ramales hasta Reinosa en 8
etapas. Actualmente solo quedan dos etapas homologadas. El resto, esta incluida,
están fuera.
Nosotros nos metemos por la
llamada Canal de Ancillo o camino de San Pedro, que desciende desde la
altiplanicie de Soba hasta Ramales.
El Picón del Fraile, peña Lusa y picos cercanos |
Un tramo importante de esta
canal, siempre en descenso, es por dentro de un hayedo. En esta época del año,
pleno invierno, está sin hojas, no tan bello como el otoño, pero podemos ver
las formas retorcidas de las hayas. Tronco-ramas horizontales que luego surgen
de nuevo en dirección vertical. Lo recorreremos de nuevo con hojas o en la
caída de la hoja. Seguramente será más espectacular en otoño ascendiendo dado
que vas a contar luz.
Ramales desde El Pico. Se observa la desembocadura del Río Gándara en el Asón |
El piso de esta tramo se
comprueba que, en su día, debió de ser una importante vía de comunicación entre
los valles. El trazado es fácil, no hay río ni peligro y siempre con una
pendiente favorable, se muestras muchas piedras que debieron constituir el
firme y que, ahora, están fuera de sitio por causa de la erosión
superficial y, por causa de que los
arrastres del agua de escorrentía, se han llevado los finos que amarran entre
sí las diferentes piedras. Incluso hemos visto algún canal para cruce y
evacuación de las aguas de las cunetas.
Haya en la Canal de Ancillo |
El camino de la Canal de Ancillo |
Al acabar este tramo salimos a
otro camino-pista que nos va a llevar por la ladera norte del pico de San
vidente en dirección al lugar en donde tenemos el coche. No tiene ninguna historia,
más que ver la ladera, el pico y los valles de Arredondo y de Ramales.
Así llegamos a un cruce en donde
se baja directamente a Ramales. Nosotros buscamos una línea directa a la zona
del Salto del Oso. Hay que subir un poco y estamos cansados, pero seguimos por
ello. Es una pista fácil, que se acaba, y tenemos que empezar a abrir y cerrar
portillas para buscar el descenso. Hay algún camino cercado y algo que saltar,
pero sin mucha dificultad. Es un descenso rápido por prados y caminos que nos
lleva directamete al punto de salida.
Hemos caminado unos 18 km y subido
más de 1.200 m de desnivel. En total hemos empleado casi 9 horas. Sin embargo,
a pesar de los cansados que estamos, hemos disfrutado de lo que nos gusta. Estamos bien.
Que lo disfrutes.
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