LA LORA DE VALDIVIA, 24.11.19

ruta:

fotos:








Dice la asociación Geocientífica de Burgos, en relación al concepto de LORA, lo siguiente:
Se viene aceptando, que el topónimo “lora” está asociado al relieve en forma de grandes “mesas”, esos grandes páramos calizos que no son sino el relieve residual de enormes sinclinales colgados. Sin embargo, seguimos sin tener bien aclarado su origen etimológico….
 ……Lo que es indudable es que, en todo caso, existe una clarísima relación de la palabra “lora” con la morfología del relieve, con la forma de “mesa”, cerro elevado. Y así mismo, tanto en las dos poblaciones sevillanas referidas, como aquí, en el territorio de Las Loras, se da la circunstancia común de un mismo carácter de “fortaleza”, con una enorme abundancia de restos arqueológicos que nos hablan de un carácter defensivo estratégico en el poblamiento de esos altos páramos, alzados sobre la llanura, buscando la ventaja que da el dominio de la altura y el amurallamiento natural que proporcionan las paredes rocosas que bordean, casi en su totalidad, estas mesas elevadas que son “las loras”.

Pues hoy nos hemos ido a recorrer uno de estos lugares; la Lora de Valdivia. Topográficamente existe una gran superficie que con poca pendiente con estratigrafía sensiblemente horizontal y con una gran preponderancia de roca caliza, degrada en superficie.
Ddesde Pomar de Valdivia nos hemos dirigido al cauce del rio Ivia. En los mapas figura el nombre de Rio de Covalagua. Sin embargo, este río da nombre al valle. Valdivia (Valle de Ivia). Parece bastante natural.
Bueno nos metemos en la orilla del río y la ruta que llevamos en el GPS cruza el río y… no podemos. Ha llovido muchos estos pasados días y el río baja crecido. Imposible.
Buscamos una alternativa y por la orilla izquierda del río encontramos un sendero que, “suerte”,  nos lleva a un puente de madera y cruzamos el río y seguimos por la ruta que pretendíamos seguir y  encontramos fácilmente. 
Todo este tramo sigue por dentro de un bosque, encinas y robles básicamente y algún haya. Más arriba parece que salen más hayas, pero no son abundantes. Algún endrino silvestre del que hemos cogido algún fruto y con el que he hecho un poco de mermelada. Aun no la he probado.
Nos tocaba vadear el rio otra vez. Imposible y seguimos como pudimos ahora por la margen derecha del río Ivia. Vemos caer una cascada desde arriba y nos acercamos a ver pero había que subir mucho mas para llegar al manantial o surgencia del caudal que forma la cascada. Lo dejamos y seguimos nuestra ruta hacia la lora. Hemos de decir que vamos a unos 200 m. por debajo de la Lora de Valdivia, en el valle formado por el río Ivia erosionando la roca caliza y construyendo un perfecto valle fluvial.
A lo que íbamos seguimos por esta margen como podemos. Parece asomar algún sendero a media ladera, pero no es fácil y avanzamos como podemos, algún escajo y monte bajo, pero fácilmente se cruza. Poco a poco, a media ladera, llegamos a ver la cascada. Desde la distancia, enfrente, se contempla mucho mejor que desde su base y este es uno de los mejores lugares para su observación.
Cascada de Covalagua
Conseguimos cruzar el río un poco más arriba de la unión de las aguas del rio Ivia y de las aguas que vienen de Covalagua. Así podemos acercarnos a la cascada y contemplarla desde cerca y en su plenitud. Vemos las escaleras que suben al cercano aparcamiento pero lo dejamos. No es nuestro camino.
Seguimos en dirección a la lora y tenemos un sendero perfectamente marcado y protegido que nos lleva a la lora. Sube a media ladera hasta la mesa. Allí parece un cartel que nos lleva a un  mirador sobre la cascada de Covalagua al que vamos y volvemos y seguimos caminado por la Lora en Dirección a la Cueva de los Franceses.
Nos habíamos propuesto visitar la Cueva y hay visitas guiadas (es la única manera de entrar) a las horas. A las 121 no hay por qué no hay grupo. SIC (Nosotros que somos). 
Menhir de Canto Hito
Para hacer tiempo nos vamos al Menhir de Canto Hito. Descubrimos lo que es caminar a campo abierto por la lora. Enseguida te pierdes ni no tienes referencias. Estamos en Noviembre y el sol está bajo, a pesar de ser las 12 del mediodía. El sol nos da e la cara y se ve poco en la lejanía. El Menhir no se ve a pesar del día claro. Pero hay hitos de piedra construidos con una baliza de señalización encima. Es fácil seguir de hito en hito hasta que ya ves el Menhir. 15 – 20 minutos, unas fotos y buscamos en las proximidades una dolina para refugiarnos del viento que hace y atacar el chorizo y el queso. Hace hambre.
Volvemos por el mismo camino hasta llegar a la 1 a la entrada de la cueva y participar en la vista guiada. Tres euros tienen la culpa. Es una cueva llamativa y merece la pena la visita. Una hora. Estalactitas, estalagmitas, columnas, desprendimientos, hay lugares que llaman la atención, La visita muy bien organizada y el recorrido muy asequible.
Preparando plantaciones
Salimos y, con teníamos tiempo, nos acercamos al borde la lora, a los acantilados sobre el valle de Valderredible. Hay un  camino recto desde la cueva hasta la cumbre de Ahedo. Bueno, lo cogimos mal al principio, lo buscamos y lo encontramos sin problemas. Considero que se trata de camino abierto para una explotación forestal fallida. Da la sensación que se ha tratado de hacer una explotación, para  ello se han abierto surcos con un buldócer y un riper para luego meter plantones y confiar en que la naturaleza los lleve adelante. O no se colocaron los plantones o no fueron capaces de arraigar. El caso es que no se ve casi nada de vegetación arborescente. Sería un espectáculo esa vegetación en este lugar cubriendo el páramo de la lora de Valdivia.
Al llegar al alto de Ahedo, vista del valle de Valderredible. Se distingue pueblos como Castrillo de Valdelomar, Lastrilla, Susilla. A unos 20 km se observa una balsa de agua para riego en Ruijas. La vista espléndida. Sale el arco Iris en Varios puntos (el norte está lluvioso). Tenemos que tener cuidado ya que le viento nos empuja hacia el acantilado y la caída es interesante.
Los acantilados
Seguimos recorriendo el acantilado en dirección al mirador de Valcabado del toro. Allí el Gobierno de Castilla y león ha construido un mirador. Seguimos por el borde superior del acantilado en dirección al Pozo de los Lobos. Se trata de un recinto, que acaban de reconstruir, y que servía para encauzar a los lobos en un recinto del que no pudieran salir y allí liquidarlos. Si caminas por el acantilado, por donde lo hemos hecho nosotros, verán un panel que te señala un camino que lleva al mismo lugar. Este camino discurre a media ladera por el interior del bosque. Seguro que es un lugar agradable para camina por el. Subida y bajada también asegurada.
Por nuestro camino descubrirnos una cuadricula de hierba. Suponemos que se trata de grietas del terreno subyacente – roca caliza- 
Para nosotros se ha acabado a la vista y hay que volver al coche y atajamos a derecho cruzando la Lora de Valdivia. En el mapa 
Cuadricula de hierba-piedra
Vemos que lo as directo es llegar al menhir y luego a la carretera. Sin referencias, con el GPS y con la brújula caminos más o menos. Al ver el plano de la planta vemos que hemos hecho algo de panza, pero viendo. Pasado el Menhir aparecen algunos hitos de palo que te ayudan a seguir una ruta más o menos recta para llegar a la carretera y poder volver a Pomar de Valdivia, que es donde tenemos el coche.
El suelo de la Lora de Valdivia. Destaca el Brezo
y las piedras calizas
Hay que reseñar como es el suelo que pisamos. Poca cuesta, pero difícil de pisar. Piedras sueltas, monte bajo, algún escajo y mucho brezo. Dada la forma del suelo comentamos que tiene que ser fácil caminar por ahí con nieve y raquetas. Igual lo probamos.
El día está despejado y aunque amenaza agua, la atmósfera está muy limpia. Cuando comenzamos a bajar hacia la carretera y a lo largo de esta vemos en la lejanía, perfectamente iluminado sor el sol dela tarde, los Picos del Espigüete – pirámide triangular él-  y el Curavacas con toda su cresta. Envuelto en nubes asoma Peña Prieta, pero no vemos la cima. Todos ellos cubiertos de nieve que les confiera una mayor belleza.
Buenos seguimos por la carretera y así, fácilmente pisando firme, llegamos a Revilla de Pomar en donde tenemos el coche.
Estamos en Noviembre y hay muchos frutos en el bosque. Hemos aprovechado para coger unos endrinos. Alguno comido sobre la marcha y el resto, un kilo y medio en 15 minutos, para casa para hacer una rica mermelada. Veremos que sale.
Que lo disfrutes.



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