DE TAGLE A PUERTO CALDERON, 19.01.20






La Playa de Tagle
Se ha presentado una amenaza de temporal importante y hemos tenido que cambiar la ruta prevista. En Bejes se presentaba un día lluviosos y frío y en la costa más apacible. Por ello nos hemos quedado en Tagle.
Desde la Playa de Tagle hemos comenzado a caminar en dirección oeste, por la costa. Hay un sendereo que parte frente al chiringuito de la playa a media ladera en dirección a San Telmo. Se trata de un sendero en tierra que está muy resbaladizo en caso humedad. Ayer ha llovido un poco y no está en su mejor estado, Hay que caminar por él con mucho cuidado ya que la caída es la mar directamente.
Subes y bajas un par de veces y llegas a unas ruinas: dos muros de mampostería en forma de “L” con sendos huecos o ventanas con vistas a la mar y vistas a los Picos de Europa. Es el lugar típico para la fotografía. Dicen los sabios que se trata de una atalaya medieval. Ahí lo dejo. Yo lo tenía como eremitorio, asociado a la ermita situaba más debajo de Santa Justa
La luz del sol de la mañana invernal, son las 9,30 de la mañana de un día de enero, le dan un color amarillento más atractivo a las ruinas.
Aquí hay que buscar un sendero que nos lleve a la playa de Santa Justa. Es fácil. Está muy marcado y no hay mucho problema Quizá te pierdas y tengas que pasar un par de pastores eléctricos, pero sin mayores inconvenientes y con cuidado de que no te de una corriente siempre desagradable.
Desde san Telmo vemos la sierra del Cuera en Llanes
Por ese sendero bajamos a la Playa. Antes de llegar abajo y cruzar el arroyo que allí desemboca en la mar, podemos acercarnos a la emita de Santa Justa. Ésta está encajada debajo de un anticlinal de roca. El constructor buscó el abrigo de la roca para ahorrarse techumbre. A la vez hizo que ermita estuviese lo suficientemente alta y protegida de la fuerza de la mar. Así la vemos hoy como uno de los lugares más bellos de Cantabria
En esa playa hubo una hospedería,  citada recientemente una trilogía de novelas, hoy ya desaparecida y sustituida por un chiringuito de verano y unos muros de escollera que sirven de lugar de contemplación del mar, de la ermita, se la atalaya de san Telmo, de…
San Telmo arriba y Santa Justa abajo.
Nuestra ruta sigue por la ladera costera que cae al mar. Aquí el sendero se hace tan estrecho como antes, pero más sombrío y con mayor pendiente con caída hacia la mar. Personalmente lo he recorrido en alguna ocasión. Hoy me dio respeto y preferí subir a la cresta de la sierra y caminar con más tranquilidad por encima. He tenido que saltar alguna valla y cerramiento, pero no es problema. Las vacas te miran, pero siguen paciendo. Es su labor.
Al final, caminando por prados, salimos a una pista agrícola a la altura de dos edificios de bloques. Allí estaba el antiguo bar del Tío Germán. Seguimos por la pista en dirección oeste (Galicia). En algún momento se ve la mar y nos podemos acercar al acantilado a contemplarla.
La bella costa 
Caminando llegamos a un cruce A la izquierda fuerte subida y de frente más o menos horizontal. Seguimos de frente y llegamos al cabo de unos 500 m. a un tope. Aquí se acababa la pista y desde ese punto alto, colmo si desde una talaya fuese, contemplamos el Puerto Calderón. Se trata de una ensenada natural excavada en la roca. Allí cuentan que, aprovechando sus condiciones de abrigo natural, ha sido utilizado por desde la época de los romanos. Más recientemente se habla de que los submarinos alemanes, en la segunda guerra mundial, utilizaban el lugar como refugio y lugar de avituallamiento. Lo último que se cita en las crónicas es que allí, por medio de cabrestantes, se bajaba a los barcos el mineral que se podía extraer en las minas de superficie y alguna en galería que hubo en la zona. Si te mueves por el tope hacia la derecha, veras algunas excavaciones profundas que da lugar a seguir revolviendo e investigando. Vete asegurado y acompañado para garantizar tu seguridad ya que parece un lugar peligroso.
Puerto Calderón y al fondo los picos
Para volver, nos metimos en la mies, hacia el interior y alejándonos de la costa. Hemos vuelto por el mismo camino desde el Puerto Calderón hacia la pista. Al llegar al cruce subimos ella unos metros y luego nos vamos a una gran explanada que más bien parece un relleno de estériles de mina. Un ganadero que ir allí trabajaba con su motocultor nos dijo que efectivamente allí humo minería y que se sacaba el material por el Puerto Calderón.

Por esas pistas llegamos a Ubiarco, caminamos un rato por la carretera y nos bajamos de nuevo al playa de Santa Justa, para desde ahí volver por el mismo camino hasta nuestro coche que estaba aparcado en la Playa de Tagle. Hemos vuelto por el mismo camino de la ida, a media ladera. Pensábamos volver por pistas más alejadas del peligro, pero ya estábamos cansados y preferimos el camino corto en vez del camino más seguro.

Que lo disfrutes.



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