Estamos a finales de agosto y el parte meteorológico nos
presenta un día que hará mucho calor. Nos gusta salir a caminar y para ello
buscamos un lugar sombrío. Hemos
concentrado el HAYEDO DE MONTABLIZ y hacia
allí nos dirigimos.
Para llegar, vamos a Bárcena de pie de Concha, nos metemos
allí por la carretera en dirección a Pujayo y antes de cruzar el río Bisueña,
aparcamos. Podíamos haber seguido la ruta en coche un par de kilómetros más,
hasta debajo del puente de la autovía, pero, por si acaso hemos preferido
aparcar aquí. Y ya estamos en sombra.
Vislumbramos entre la niebla el puente de Montabliz |
El día aparece con niebla alta que luego alrededor de la 1
del mediodía, despejó. Mientras, nosotros comenzamos a caminar cuesta arriba
por una pista que lleva a Somaconcha. Hay un cruce con dos portillas
canadienses y seguimos por el lado en que hay más cuesta arriba. Estamos a
inicio de la marcha. Alegría!!!!
Así tras hacer unas pocas zetas o tornos o lo que quieras llamarlo
(zig-zag en el camino) llegamos a presentarnos delante de la vía del tren. La "Calzada Romana"
Hay un puente en nue
stro camino que nos permite continuar por encima de la vía y
seguimos hasta llegar a entroncar con la “calzada romana”. Las malas lenguas
dicen que no es de la época romana, sino que muy posterior. Pero bueno, por ella entramos en dirección al
pueblo de Media Concha. Enseguida comenzamos a pisar las piedras y vemos que la
calzada está sucia y poco cuidada. Hay
muchas piedras con algo de “verdín” con lo que pueden patinar. La vegetación,
dado que la zona es húmeda, está metiéndose mucho en el camino. Vamos varias
razones que nos llevan a pensar que no se cuida nada de ella.
Así, de esta manera, llegamos al pequeño núcleo de Media
concha. Aquí ya no hay población. Los edificios se ven abandonados, la vegetación
se los quiere comer menos uno de ellos que está en uso. Se le ven puertas
pintadas, se le ven geranios adornando las ventanas. Nos encontramos con el
dueño que llegó con nosotros. No vive allí, pero viene muchos días a conservar
su vivienda.
Ermita del Carmen en Somaconcha |
Y entramos en Somaconcha. Salvo error u omisión, la mayor parte de la subida de la calzada era entre robles y cajigas. En sombra y muy húmedo. Para un día caluroso como hoy, ideal.
En la ermita del Carmen, a las afueras, paramos a comer
nuestra fruta y aprovechamos para robar unas ciruelas que caían sobre el patio
de la ermita. Y seguimos. Nos toca un tramo sin cubierta de árboles.
En el cruza a la derecha a seguir subiendo, ahora más suave,
pero cuesta arriba. Estamos en otoño y
el borde la pista está plagado de zarzas y de moras. ¡¡¡Que ricas están!!!
Árbol caido ¿cabeza de dragón? |
En Cantabria hay muchos bosques como éste. Para mí los
mejores para disfrutar pueden ser el Haya Corva en Ucieda y los hayedos en
torno a Espinama – Las Ilces. Sin embargo, la facilidad de caminar por este
hayedo, la luz, la juventud de los árboles, la limpieza del suelo, … una serie
de detalles que me hacen pensar que este sea de los mejores que he recorrido.
Caminas por la pista todo el tiempo,
con un descenso suave. Hay algún charco y defectos de evacuación del agua, pero
se pasea perfectamente. Nos cruzamos con una furgoneta que parecía hacer
cruzado el hayedo.
Como en todos estos lugares no
encontramos con contraluces (a partir de la 1 ya salido el sol que venció a la niebla)
con árboles jóvenes rectos y tiesos junto a arboles viejos y retorcidos, con árboles
caídos que nos muestran formas irregulares y
, a veces, caprichosas imitaciones
de objetos conocidos. Vimos una “cabeza de dragón” en un tronco caído, muchos
candelabros, …
Unos kilómetros más adelante, tras
una pequeñas “zetas” la pista aumenta de pendiente y se dirige hacia el
barranco sin más circunstancias diferentes. Hemos tenido que cruzar un arroyo,
que hoy bajaba seco, y que tenía una capa de hormigón para facilitar el paso. Supongo
que con lluvia pueden pasar unos centímetros de agua y te mojaras los pies.
Tenemos que salir del cobijo de
los árboles un rato y enseguida nos metemos en el paso por debajo del ferrocarril de ADIF en Montabliz.
Sobre nosotros está el apeadero. Es curioso ya que este lugar tiene doble y
hasta triple vía. Será por algún motivo de construcción y/o explotación ya que
el ferrocarril es todo el de vía única. Aquí se pueden cruzar los convoyes.El puente desde la
pila central
En este tramo debemos cruzar dos
arroyos como el anterior, con firme de hormigón. Hoy tiene agua y mojas la
suela de tus botas. Con cuidado solo mojas las botas. En caso de mayor caudal
no me cabe duda que te mojaras más. Si es cierto que el cruce es corte y hay
piedras que te permitirán, con cuidado de no caerte, cruzar o vadear el arroyo
sin mucho problema.
Y seguimos descendiendo por el camino
afirmado y nos acercamos al puente de la autovía.- El Puente de Montabliz. Este
puente paso, en su día, por tener la pila de puente mal alta de España. Se escribe
que 130 m de alto, aunque otras referencias dan 198. Habrá que preguntar a quién
lo sabe de verdad. Lo que si te puede decir es que su trazado en curva y la
forma curva de las pilas, hace que las fotografías desde abajo sean más espectaculares
de lo normal Es como si el efecto de gran angular ya está incorporado en la forma
de las pilas y el tablero.
Ya casi estamos terminando.
Salimos de las pilas del puente y subimos un poquito por la pista. Seguimos por
dentro del bosque aunque ya nos entra un poco de luz debido al ancho del camino.
Subimos hasta el cruce en donde esta mañana hemos comenzado la subida fuerte y
en donde había dos portillas canadienses, y ya hacemos así la ruta circular.
Ahora solo nos queda el ramal para llegar al lugar en donde hemos dejado el
coche.
Como he señalado, toda la marcha
discurre por pistas y es muy fácil y segura. La puedes hacer con familia si
todos tienen fuerza para ello y aprovecha el otoño que será, sin duda,
espectacular.
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